Como ya hice en otra ocasión, empiezo este blog explicando su propio significado. Zeitgeist es una palabra alemana que expresa lo que es el espíritu de una época, en forma de la expresión artística, cultural, intelectual, de la consciencia de los seres humanos que viven en cada determinada época. Hay muchas formas de observar este aspecto de la humanidad en conjunto en la actualidad: obras artísticas más conocidas, búsquedas en Internet más frecuentes, noticias más leídas, vídeos más virales, libros más leídos, etc…
Sin embargo, quizás nada define mejor lo que está surgiendo desde hace ya muchos siglos, pero que ahora se acentúa más que nunca, como lo que conocemos por pensamiento emergente. Éste tuvo una explosión a raíz de la invención del método científico y los descubrimientos que conllevaron, lo que se extendió a prácticamente toda la población en mayor o menor medida, por la inevitabilidad de adaptarse a una sociedad que cambiaba prácticamente cada año, cada mes o incluso cada día. Cualquier tecnología nueva podía cambiar la forma de ver el mundo, de relacionarse, de crear arte y conocimiento, de difundirlo… y ningún ejemplo mejor para esto que Internet.
Cierto es que el pensamiento tradicional, el que se aplica a aquel que permanece a lo largo del tiempo sin cambio, el que se extiende a través de la tradición oral, escrita, las normas, los símbolos, propio de religiones, política, tradición (como su nombre indica), cultura, etc…, sigue imperando como siempre lo ha hecho, aunque obviamente no es una característica propia o exclusiva de nuestra época, ni mucho menos. Tiene la función de mantener cierto orden y tranquilidad a nivel mental y social. Una seguridad de la que no provee la naturaleza, y en la que nos hemos refugiado durante miles de años como especie cultural que somos.
Pero hemos trascendido más allá, hemos descubierto una nueva forma de pensar, de entender el mundo, de observarlo y explicar qué ocurre aquí. Hace dos mil años no teníamos ni idea de por qué ocurrían los fenómenos naturales, por qué llovía, por qué había sequía, por qué nos parecíamos tanto a los animales, y por qué éramos tan distintos, de por qué la gente enfermaba o moría, ni de qué ocurría con nosotros después de la muerte. Hoy en día hemos logrado, gracias al pensamiento emergente, explicar prácticamente todas estas grandes preguntas y de crear muchas otras más en las que poder investigar, descubrir, experimentar hasta llegar a un punto en que lleguemos a explicar el Universo tal como es. Una verdad final a la que nos vamos aproximando lentamente, pero sin retroceder.
El espíritu de todas las épocas siempre ha incluido la búsqueda de la verdad, pero hoy estamos mucho más cerca, y nos aproximamos más rápidamente, que en todos los siglos anteriores juntos. Esta explosión de pensamiento emergente es lo que va a definir el espíritu de esta nueva época que estamos viviendo, y ojalá podamos usarlo para bien.
En este blog, trataré de explicar cómo veo el mundo a través de esta forma de pensamiento, y cómo podemos usarlo para cambiar el mundo a un lugar donde el sufrimiento, la guerra, el hambre, la esclavitud, el odio y la codicia no sólo son inaceptables, sino que también evitables.