En esta vida, todo comportamiento humano que no está basado en la genética, es un rol. Esto no tiene nada de malo de por sí, excepto por el hecho de que gran parte de la humanidad vincula sus roles a la realidad de una forma intensa pero falsa.
Por ejemplo, la religión. Los dioses, pecados, leyes divinas, almas, vida después de la muerte, justicia del más allá… estas cosas forman parte del día a día e influyen enormemente en los comportamientos humanos a la hora de relacionarnos entre nosotros y con el planeta. Esto se diferencia mucho de, por ejemplo, los fanáticos, cosplayers, aficionados, frikis y demás fauna extraña que se suele ver disfrazada de su personaje favorito, o llevando camisetas con imágenes reconocibles, pasándose el día hablando de su anime o manga preferido, jugando partidas de rol tanto en vivo como en mesa… Toda esta gente una vez vuelve a casa (o al menos casi toda, ¡que hay gente para todo!) deja su rol aparcado, como debe ser, y regresa a la realidad del mundo, donde sigue con su vida normal.
Los religiosos, no. Ellos continúan con su rol hasta el momento de la muerte, creyendo que seguirán con el mismo rol incluso en el más allá (¿qué aburrido, no?).
También pasa con las ideologías políticas, la cultura y costumbres ancestrales (aunque no tengan origen religioso), lo que «se ha hecho de siempre», la pseudociencia y parapsicología, etc, etc.
La mayor parte de las veces estos roles no tienen mala intención. Todo el mundo que es de «derechas» o de «izquierdas», si no lo es por adoctrinamiento desde la más tierna infancia (que es lo más habitual), lo es con buena intención. Uno suele pensar que su ideología o religión es la correcta, y es la que debe ser, y no pretende con ello perjudicar a nadie. Sorprendentemente, ni siquiera creo que nuestros políticos en el poder tengan mala intención a la hora de gobernar. Simplemente están equivocados. Muy equivocados. Y nadie quiere aceptar que lo está, sobre todo si se trata de las bases sobre las que sustentan su vida.
Nadie quiere admitir que su religión es falsa.
Nadie quiere admitir que su opción política es ineficaz y obsoleta.
Y nadie quiere quedarse sin su dinero.
Eso es, ¿qué pasa con el dinero? ¿Tiene alguna vinculación con la realidad? Podemos informarnos sobre el origen del dinero, su sentido, su utilidad real y su puesta en práctica real. Hay muchos documentales sobre el tema, pero uno entretenido y divertido de ver podría ser este: Dinero es deuda.
Visto el documental (o si ya estás informado del origen del dinero), surge la pregunta: ¿Tiene entonces alguna vinculación el dinero con la realidad?
No, ya no. Se perdió, si es que quedaba algo de vinculación, cuando se abandonó el patrón oro (y ni siquiera entonces era un buen método). El dinero es un rol más, un rol con unas reglas alta y expresamente complejas, diseñadas para marear al no experto, e incluso al experto. Al final el control del dinero, especialmente en términos tan opacos, proporciona un control real sobre el mundo porque toda la humanidad acepta el rol del dinero como algo real. Mientras toda la humanidad acepte esos papelitos por el valor que les dicen que tienen, nunca dejará de dominar el mundo. Al final es todo una cuestión de fe, lo mismo que mueve la religión, la pseudociencia y parapsicología, la ideología política e incluso el equipo de fútbol al que animas. ¿Y de verdad queremos que el mundo se mueva por la fe?
El dinero fiduciario es el que usamos hoy en día. Básicamente tenemos que tener fe (o confianza, como le gusta llamarla a los economistas) en que el estado que emite tal moneda efectivamente tiene riquezas como para responder por las monedas que emite. Eso, hoy en día, cada vez más gente tiene claro que es no sólo mentira, sino una de las mayores estafas jamás llevadas a cabo. Toda esta crisis está creada por el inflamiento artificial de la deuda, «confiando» en que esta deuda será devuelta. Antiguamente, para evitar que los estados quebraran, existían años determinados en que se perdonaban todas las deudas por parte del rey de turno, y se hacía borrón y cuenta nueva con todo. Ya esto no se hace, como mucho la gente protesta por una «deuda ilegítima» pero no se llega a más que eso.
El dinero tiene un poder adicional que la mayoría de roles no tienen, y es que es aceptado por todo el mundo. La mayoría de la gente no aceptaría oraciones como pago por cualquier producto, muchas veces ni siquiera entre miembros de la misma religión. Pero todos aceptan tu moneda, incluso muchas monedas extranjeras. Esto convierte al dinero en el rol con mayor poder de adicción que existe (que no sólo las drogas provocan adicción). Es más poderoso aún que la religión, que mantiene unidas a millones de personas (aunque en conflicto permanente con el resto). Es tan poderoso, que la inmensa mayoría de las guerras que se han producido desde, digamos, el siglo XVIII han sido por dinero y poder, o recursos que proveen de dinero y poder, y no por cuestiones políticas, territoriales, religiosas o libertarias. En pocas palabras, el dinero es poder, directamente.
Cuando uno observa los juegos online multijugador masivos, como el World of Warcraft, ve que el principal negocio alrededor de los juegos está basado en el oro, y en cosas que se compran con oro. Las cuotas mensuales son sólo una pequeña parte, y en muchos juegos incluso es gratuita, pero tienes que pagar para tener la mejor montura o mejor espada. Al final se monta todo un metanegocio alrededor del oro: chinos jugando horas y horas para obtener oro y venderlo en ebay o en algún mercado negro. Frikis viciados años y años al mismo juego para obtener más dinero, poder y niveles. Al final se convierte en un grave problema para algunas personas, que nada tiene que ver con adicción al videojuego en sí, sino adicción al dinero virtual en el que el jugador ha depositado su fe, sin el cual no podrá obtener todas las satisfacciones que el juego tiene prediseñadas para él.
¿Cuánto más, humanos, creéis que los ricos están volviéndose adictos al dinero y al poder? ¿Por qué crecen las desigualdades con esta crisis que en realidad es una macroestafa? ¿Los ricos es que tienen tan mal corazón que odian a la humanidad y por eso le quitan todo lo que tienen para tener ellos más?
Noooooo, es simplemente una cuestión de adicción y de roles. Ellos creen que su rol es correcto, es beneficioso para la humanidad, que la competencia es sana, que ganar dinero aumenta la riqueza en general, y no sólo la suya, ya que su dinero se reinvertirá en nuevos empleos y negocios. Y al mismo tiempo están autoengañados hasta tal punto, que no hacen más que ganar y ganar y ganar, sin importarles las consecuencias. Es más, la mayoría de los ricos en vez de retirarse y disfrutar de sus ganancias por el resto de su vida, y cederlas a sus herederos en el futuro, siguen en los negocios para seguir aumentando su riqueza, que muchas veces dilapidan inútilmente en ocio superficial como el golf, las mariscadas, los aviones, el coleccionismo de objetos muy caros, mansiones, aviones, coches…. y casi nunca en ciencia que beneficie a toda la humanidad, ciencia libre abierta y para todos. Ni siquiera cuando montan fundaciones de ayuda a enfermos de X enfermedad o a pobres de X país realmente se lo toman en serio. Es todo un parche para paliar los síntomas sin curar las causas, al mismo tiempo mantener una imagen de filántropo, y obtener jugosos descuentos en sus impuestos. Aunque todo esto también lo explico en otro artículo anterior.
En definitiva, el dinero es un rol al que le hemos dado tanto poder en la sociedad, que supera con mucho cualquier otro método de control. Un control que era necesario cuando vivíamos en la Edad Media, pero no en la era de Internet. Hemos de independizarnos completamente de él, y no simplemente pensar en que los más pobres merecen más dinero y que los ricos deberían dar un poco de su riqueza.
Esto último es caridad y ya sabemos que dar un pescado no quita el hambre, lo quita enseñar a pescar.
Eduquemos a nuestra población en ciencia, dejemos la religión y el dinero para divertirse con bodas frikis jedi y monopoly de Star Wars, que es donde deberían estar. Es la idea que trato de difundir. Comenta si tienes alguna idea que añadir, será bienvenida 🙂