He estado leyendo atentamente un artículo que explica por qué no ha surgido la violencia aún en España. En este país sufrimos los continuos engaños de las clases altas, especialmente políticos y banqueros, para aumentar más sus riquezas. ¿Por qué las clases bajas y medias no han recurrido a la violencia?
Podéis leer opcionalmente este artículo, que paso a citar y comentar aquí debajo, sólo como apoyo a mi mensaje, puesto que explica algunas cosas mejor que yo:
“Y los parias no suelen hacer las revoluciones –explica Florentino Moreno, profesor de Psicología Social de la Universidad Complutense-. La historia nos demuestra que han sido las clases medias y los burgueses los que han encabezado las revoluciones, generalmente cuando sus expectativas se han visto frustradas. No fue el lumpen el que tomó La Bastilla, sino los comerciantes. De hecho, en los países más pobres, como los africanos, nunca se han producido revueltas políticas violentas”
Cuando uno concibe la sociedad humana desde un punto de vista que podría tener alguien que viviera, por ejemplo, en otro planeta, es fácil darse cuenta del por qué. Las clases altas mantienen su poder porque están (creen estar) en la cima. Las clases bajas están siendo explotadas por el resto, y no pueden desarrollarse como personas excepto por caridad o ayudas estatales; y las clases medias, sin sufrir esta explotación, tienen un nivel de vida suficiente para desarrollar su máximo potencial (lo alcancen o no). Tanto las clases altas como las medias, en virtud de ese potencial, tienen el brebaje suficiente para revolucionar el planeta. Pero las altas no lo van a hacer. No al menos radicalmente, debido a la gran represión que suele producir la religión para autopreservarse en el poder. En esta época las religiones son muchas, pero una de ellas domina al resto con una fuerza absolutamente global: el dinero. ¿Quiénes tienen poco dinero y mucho potencial intelectual? Las clases medias, que son las que tienen unas expectativas que se cumplen en menor medida que las altas, que lo tienen todo en bandeja. Por ejemplo, alguien que nace con mucho dinero, puede elegir una plaza en una universidad importante, una empresa con dinero, un partido con poder, etc… Si naces con poco dinero puedes estudiar duramente por una beca y que al final no te la concedan. ¡Pero el conocimiento intelectual que adquirió en el camino ya está ahí! Esa persona ya quiere seguir aspirando, y tiene un obstáculo: la religión. Al igual que Galileo se topó con la Iglesia, las clases medias nos topamos con el dinero.
“No sólo estoy mal sino que me comparo con mis propias expectativas”.
Efectivamente.
“Existen varios factores que explican la relativa paz social en España –responde Florentino Moreno- por un lado, la dispersión de la identidad social. Se han desdibujado conceptos como el sentimiento de pertenencia a una clase, muy fuerte en conflictos anteriores. A esta dispersión social hay que sumar una dispersión geográfica”.
¿Por qué? Desde mi punto de vista de dispersado extremo, en el que siento a toda la humanidad y el planeta como una sola cosa, y al mismo tiempo cada ser vivo un ser especial en sí mismo, el concepto de patrias, fronteras, divisiones, clases (altas, medias y bajas), etc,. se está desdibujando entre la humanidad. Las personas ya no desean la paz de su barrio, su provincia, o su país, sino que ¡piden la paz por otros países! Eso es algo inaudito en el pasado. Es decir, ha ocurrido alguna vez, pero históricamente es algo muy raro. Y sin embargo cuando Estados Unidos invadió Afganistán e Irak se manifestaron millones de personas de todos los rincones del mundo. No hubo un solo país del mundo en el que no hubiera alguien que protestara por aquella guerra. A no ser que te cortaran la cabeza por ello, no he mirado las estadísticas de Corea del Norte xD
En todo caso, ¿no es verdad que que esos conceptos se están desdibujando entre la humanidad? ¿No nos da eso alguna esperanza para alcanzar una Economía Basada en Recursos, que es la consecuencia lógica que surgiría con la dispersión de las ideas de clases y fronteras. Siempre que no haya algún supervillano que domine todo el mundo él sólo, claro está, lo cual… es muy improbable ¿no?
“Un tercer factor –prosigue Moreno- es la percepción de que no se han agotado las alternativas no violentas: la violencia se ejerce por cambiar mucho, no por cambiar un poco”. En el mismo sentido se aplica la deslegitimización de la violencia como herramienta de cambio en las últimas décadas, un zeitgeist opuesto al que se vivía en los años 70 y 80: “no existe nadie ahora mismo que tenga un discurso que justifique la violencia como reacción a la violencia del sistema. Con la posible salvedad de Negri, la violencia se considera un recurso último y muy devaluado”.
Sí, pero ¿qué pasaba antes de los años 70 y 80? ¡El movimiento hippie! El más famoso movimiento por la paz y la no violencia que hubo en toda la historia. Imaginaos esa idea de paz como una onda que choca contra otra onda, la de la idea de la violencia que arrastrábamos desde milenios. El resultado de ambas, sale distorsionado con valores adquiridos de una y de otra. De ahí surge la violencia de las revueltas que hubo en todo el mundo, que se consideraba siempre una lucha justificada por la paz. De nuevo esa idea choca con un nuevo tipo de idea de paz, que surge en múltiples focos gracias a Internet. Gracias a la era de la información, donde todos tenemos mucho más que una simple foto de la Tierra. Tenemos mucho más. Tenemos el mundo en nuestras manos a través de una pantalla, o cualquiera de los múltiples dispositivos que nos conectan con el resto del planeta.
Imagen desde el Apollo 17 en 1972, una de las que inspiraron el movimiento hippie y ecologista. Humanidad, fraternidad, respeto al medio ambiente… ¿a qué nos suena esto? 🙂
Con mucho más, podemos hacer más. Y cuando la ciencia se usa para la paz, es tan poderosa como cuando se usa para la guerra. Y sin embargo, sólo se gasta la mitad de su poder para crear, mientras que la otra mitad se gasta para destruir. Guerras, consumismo, tecnología bursátil, dinero, burocracia y división de clases y naciones. Todo esto consume una dolorosa parte de los recursos del planeta, mientras que la otra mitad lucha más por deshacer el desastre de la primera que por algo realmente novedoso para la humanidad. Sólo podemos salir de este bucle vicioso cambiando el paradigma.
Y el paradigma se difunde como una onda, que cuanto más crece más imparable. Y como la historia demuestra, el germen de estas revoluciones siempre se inicia en las clases medias.
¿Por qué crees ahora que están destruyendo a las clases medias y creando una gran fuerza de superricos y superpobres? ¡Lucha por un mundo sin clases! Difunde la idea de Economía Basada en Recursos, no te desanimes, porque es obvio que está ocurriendo. Ha llegado su momento.