Los videojuegos en el capitalismo; una propuesta para la economía basada en recursos

Cuando mi hermano pequeño se vino a vivir conmigo por primera vez, estaba en la edad del pavo y casi sólo tenía en su cabeza videojuegos y cómics. Yo trataba de que perdiese un poco menos de tiempo en esas cosas y las dedicase a otras más fructíferas, como estudiar, leer libros, irse de viaje, y lo típico. Lo siguiente es aproximadamente la conversación que tuve con él, que tuvo lugar antes de yo conocer las ideas del Proyecto Venus:

– Mira, los videojuegos de ahora no están hechos para que tú te diviertas de verdad y lo pases todo lo bien que lo puedas pasar, sino que están hechos para que pierdas el tiempo en ellos. Por ejemplo, cuando te obligan a subir a tu personaje de nivel 1 al 99 y mientras tanto recolectar miles y miles de moneditas para comprar. Eso no es lo que debes hacer en los videojuegos.

Mi hermano por entonces tenía un vicio al World of Warcraft, un juego que puede durar toda tu vida porque siempre hay algo que hacer, desbloquear, o comprar, y no precisamente cosas divertidas. Él jugaba en servidores piratas que, al menos, le permitían subir de nivel a una velocidad múltiple de los servidores originales.

– Es que si no, no puedo jugarlos bien. Me tienen bloqueados los personajes desde el principio, o todos los objetos, o cualquier otra cosa, y me tengo que tirar horas sólo para una tontería a la vez.

– Pues yo te digo cómo ahorrarte todo eso, experimentar los videojuegos en todo su esplendor, y luego tener tiempo de sobra para aburrirte empollando libros, que es lo que tienes que hacer. Mira como tengo aquí la Wii.

Le enseño el Loader de juegos, y también el Ocarina, un programa de escritura en memoria que altera los valores de algunos de los parámetros de los videojuegos.

– Con este programa puedo poner que el dinero que obtengas al principio sea infinito, así que ya te ahorras la primera parte del problema: conseguir dinero. Normalmente para eso tienes que pasarte horas y horas farmeando enemigos repetitivos y demasiado fáciles, o haciendo misiones que siempre al final son todas lo mismo. Tú lo que quieres es experimentar las mejores batallas y la historia principal, por ejemplo ¿no? Pues activas lo del dinero infinito, y listo.

– Pero entonces el juego se hace muy fácil ¿no? Lo tienes todo a tope y los enemigos mueren rápido.

– Claro que no, porque tú no tienes que hacer lo que te diga el juego. Ahí viene la segunda parte. El nivel. Normalmente para desbloquear todos los movimientos y todas las magias tienes que tener el personaje a nivel máximo. Y muchas veces eso hace que las estadísticas suban demasiado para como es el juego al principio ¿no?

– Claro, sería tan aburrido como ir matando conejos para sacar moneditas.

– Pues ahora usas el Ocarina para alterar las estadísticas también, y te pones los personajes débiles, el dinero al máximo, el nivel al máximo, y también pones la dificultad al máximo. Hay incluso trucos que te permiten subir la vida de los enemigos, y cosas así, con lo cual tienes resuelto el problema.

 

Una de las primeras veces que probamos esa técnica fue con el Sengoku Basara Utage. El juego tenía varios fallos, que estuvimos comentando en un foro español del juego, con varios fans. Las conclusiones fueron las siguientes:

– Había un montón de personajes y había que subirlos hasta nivel 100 para desbloquear todos sus movimientos. De docenas de movimientos por personaje, sin contar diferentes combinaciones entre sí, que también eran desbloqueables. Casi ninguno de los participantes del foro había jugado con todos los personajes, con todos sus movimientos, lo que lo hacía un juego técnicamente muy completo, pero muy limitado al principio.
– Las armas había que obtenerlas por puro azar, y recolectando amuletos, premios, tesoros, tómbolas, y cosas así. Luego esos premios se insertaban en las armas y quedaban listas para su uso. Las armas también se subían de nivel una a una, tenerla a nivel máximo era imposible sin docenas de horas de juego con el mismo personaje.
– Los enemigos morían rápido y daban energía y vida al morir, con lo cual el personaje del jugador está constantemente recuperándose a medida que pelea contra cientos y cientos de enemigos, haciéndolo casi inmortal.
– Algunos personajes estaban hypeados (como decían en el foro), que significa que era demasiado fácil y rápido ganar con ellos, de lo fuertes que eran.
– Como consecuencia de lo anterior, el juego tenía una dificultad muy baja, con una curva de aprendizaje forzadamente lenta (cuando en realidad es muy rápida) debido a la necesidad de subir de nivel y desbloquear.
– Por todo lo demás, era un juego magnífico y merecía toda nuestra admiración.

Un mapa jugado de forma normal, con los personajes a un nivel decente y en máxima dificultad, se puede ver más o menos así:

Me pasé unos días probando cosas, y finalmente le enseñé a mi hermano el resultado. Había hecho las siguientes alteraciones al juego:

– Había puesto todos los personajes a su nivel máximo.
– Las armas estaban al mínimo nivel posible en ataque y defensa
– Había desbloqueado todos los amuletos, y aplicado amuletos de disminución de ataque a los personajes más fuertes
– Había aplicado un amuleto especial que multiplicaba la vida de los enemigos
– Puesto en la máxima dificultad.

El resultado fue el siguiente, donde se puede ver el épico combate desarrollado durante tres cuartos de hora de estas dos titanes (puedes ver cualquier trozo, podrás comprobar la diferencia):

El juego se había convertido en una obra de arte de enchufar, y listo. Era sentarnos delante de la Wii, encender la consola, y tener el juego perfectamente listo para toda esa epicidad sin necesidad de echarle cientos de horas previas para tener los personajes listos.

 

¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué en general los juegos se enfocan de esa manera? ¿Por qué funciona como si tuviéramos un segundo trabajo? ¿No debería ser algo para divertirse? Ejemplos hay a patadas, prácticamente todos los juegos de hoy en día tiene lo que entendemos por «subir nivel», «ganar dinero», «farmear», «desbloquear», etc etc…
Una de las razones más evidentes, en principio, es que si pusieran el juego con todo su potencial desde el comienzo, seguramente serían menos duraderos. Y eso es parcialmente cierto. Al Sengoku Basara jugamos más de cien horas, pero desde luego mucho menos de lo necesario para tener todo desbloqueado, y aún así (como mostré en el ejemplo de antes), cumpliendo las reglas del juego, éste se hacía fácil y aburrido.

Otra de las razones es puramente monetaria. A los desarrolladores de videojuegos les conviene mostrar los juegos en versiones limitadas para que luego se gasten más en cosas desbloqueables. Por ejemplo, hay muchas compras en las Store de las diferentes consolas que consisten básicamente en desbloquear todo dentro del propio juego sin tener que jugar. Otras permiten comprar dinero virtual pagando dinero real (¡el colmo!).

Por último, y una de las razones que consideraría más tristes si fuera cierta, es que a la gente con dinero, los que manejan las grandes empresas, no les conviene tenernos en ese éxtasis de felicidad que suponen muchos videojuegos jugados en su máximo esplendor, sino en una posición de semi-satisfacción/semi-insatisfacción, desde la cual siempre queramos «un poquito más» para hacernos más vulnerables a seguir gastando dinero, en vez de la posición que por ejemplo adquiero yo, en la que hackeo mis propios juegos y tampoco los compro porque me los bajo de Internet (los juegos originales en las consolas modernas no son fácilmente hackeables, aunque en la Wii sí que lo era, gracias al Ocarina). Por supuesto, de vez en cuando compro algo que realmente me apetece, pero siempre porque lo he probado bien antes, sé que me gusta, y tengo una buena partida guardada editada a mi gusto para poder disfrutarlo en todo su esplendor.

Yo propongo, como amante de los videojuegos, que los entendamos de otra forma de aquí en adelante, como un mensaje a todos los aficionados. Los videojuegos deberían ser una herramienta colaborativa, de diversión plena, de evasión de la realidad, sin patrones repetitivos y tediosos añadidos de forma expresa para angustiarnos y mantenernos siempre insatisfechos. Una herramienta de diversión abierta, no cerrada. Que podamos todos compartirla por Internet con nuestras propias modificaciones. Que todos podamos añadir nuestros propios mapas y personajes (la comunidad modder de GTA V es alucinante, como ejemplo de lo que seríamos capaces). Que podamos reutilizar elementos de un videojuego a otro, para usar siempre lo mejor disponible de cada tipología. Que los videojuegos sean fácilmente actualizables y personalizables. Que permitan el uso de accesorios de todo tipo y sean compatibles con ellos. Que usemos tecnología p2p para jugar online a lo mejor de lo mejor, y no servidores privados sujetos a control de las corporaciones, que sólo quieren nuestro dinero y crearnos una adicción para que paguemos más. Compartamos la potencia de nuestros ordenadores en una red común para que las personas con ordenadores más lentos puedan jugar a las últimas novedades gracias a la tecnología de Internet y la banda ancha. Liberemos el mundo de los videojuegos, al igual que hicimos con el de los sistemas operativos y los drivers del hardware, camino en el cual ya tenemos mucho recorrido.

En definitiva, usemos la Economía Basada en Recursos en el mundo virtual, para conquistar el mundo real. ¡Os invito!

El rol del dinero

En esta vida, todo comportamiento humano que no está basado en la genética, es un rol. Esto no tiene nada de malo de por sí, excepto por el hecho de que gran parte de la humanidad vincula sus roles a la realidad de una forma intensa pero falsa.

Por ejemplo, la religión. Los dioses, pecados, leyes divinas, almas, vida después de la muerte, justicia del más allá… estas cosas forman parte del día a día e influyen enormemente en los comportamientos humanos a la hora de relacionarnos entre nosotros y con el planeta. Esto se diferencia mucho de, por ejemplo, los fanáticos, cosplayers, aficionados, frikis y demás fauna extraña que se suele ver disfrazada de su personaje favorito, o llevando camisetas con imágenes reconocibles, pasándose el día hablando de su anime o manga preferido, jugando partidas de rol tanto en vivo como en mesa… Toda esta gente una vez vuelve a casa (o al menos casi toda, ¡que hay gente para todo!) deja su rol aparcado, como debe ser, y regresa a la realidad del mundo, donde sigue con su vida normal.

Los religiosos, no. Ellos continúan con su rol hasta el momento de la muerte, creyendo que seguirán con el mismo rol incluso en el más allá (¿qué aburrido, no?).

También pasa con las ideologías políticas, la cultura y costumbres ancestrales (aunque no tengan origen religioso), lo que «se ha hecho de siempre», la pseudociencia y parapsicología, etc, etc.

La mayor parte de las veces estos roles no tienen mala intención. Todo el mundo que es de «derechas» o de «izquierdas», si no lo es por adoctrinamiento desde la más tierna infancia (que es lo más habitual), lo es con buena intención. Uno suele pensar que su ideología o religión es la correcta, y es la que debe ser, y no pretende con ello perjudicar a nadie. Sorprendentemente, ni siquiera creo que nuestros políticos en el poder tengan mala intención a la hora de gobernar. Simplemente están equivocados. Muy equivocados. Y nadie quiere aceptar que lo está, sobre todo si se trata de las bases sobre las que sustentan su vida.

Nadie quiere admitir que su religión es falsa.

Nadie quiere admitir que su opción política es ineficaz y obsoleta.

Y nadie quiere quedarse sin su dinero.

Eso es, ¿qué pasa con el dinero? ¿Tiene alguna vinculación con la realidad? Podemos informarnos sobre el origen del dinero, su sentido, su utilidad real y su puesta en práctica real. Hay muchos documentales sobre el tema, pero uno entretenido y divertido de ver podría ser este: Dinero es deuda.

Visto el documental (o si ya estás informado del origen del dinero), surge la pregunta: ¿Tiene entonces alguna vinculación el dinero con la realidad?

No, ya no. Se perdió, si es que quedaba algo de vinculación, cuando se abandonó el patrón oro (y ni siquiera entonces era un buen método). El dinero es un rol más, un rol con unas reglas alta y expresamente complejas, diseñadas para marear al no experto, e incluso al experto. Al final el control del dinero, especialmente en términos tan opacos, proporciona un control real sobre el mundo porque toda la humanidad acepta el rol del dinero como algo real. Mientras toda la humanidad acepte esos papelitos por el valor que les dicen que tienen, nunca dejará de dominar el mundo. Al final es todo una cuestión de fe, lo mismo que mueve la religión, la pseudociencia y parapsicología, la ideología política e incluso el equipo de fútbol al que animas. ¿Y de verdad queremos que el mundo se mueva por la fe?

El dinero fiduciario es el que usamos hoy en día. Básicamente tenemos que tener fe (o confianza, como le gusta llamarla a los economistas) en que el estado que emite tal moneda efectivamente tiene riquezas como para responder por las monedas que emite. Eso, hoy en día, cada vez más gente tiene claro que es no sólo mentira, sino una de las mayores estafas jamás llevadas a cabo. Toda esta crisis está creada por el inflamiento artificial de la deuda, «confiando» en que esta deuda será devuelta. Antiguamente, para evitar que los estados quebraran, existían años determinados en que se perdonaban todas las deudas por parte del rey de turno, y se hacía borrón y cuenta nueva con todo. Ya esto no se hace, como mucho la gente protesta por una «deuda ilegítima» pero no se llega a más que eso.

El dinero tiene un poder adicional que la mayoría de roles no tienen, y es que es aceptado por todo el mundo. La mayoría de la gente no aceptaría oraciones como pago por cualquier producto, muchas veces ni siquiera entre miembros de la misma religión. Pero todos aceptan tu moneda, incluso muchas monedas extranjeras. Esto convierte al dinero en el rol con mayor poder de adicción que existe (que no sólo las drogas provocan adicción). Es más poderoso aún que la religión, que mantiene unidas a millones de personas (aunque en conflicto permanente con el resto). Es tan poderoso, que la inmensa mayoría de las guerras que se han producido desde, digamos, el siglo XVIII han sido por dinero y poder, o recursos que proveen de dinero y poder, y no por cuestiones políticas, territoriales, religiosas o libertarias. En pocas palabras, el dinero es poder, directamente.

Cuando uno observa los juegos online multijugador masivos, como el World of Warcraft, ve que el principal negocio alrededor de los juegos está basado en el oro, y en cosas que se compran con oro. Las cuotas mensuales son sólo una pequeña parte, y en muchos juegos incluso es gratuita, pero tienes que pagar para tener la mejor montura o mejor espada. Al final se monta todo un metanegocio alrededor del oro: chinos jugando horas y horas para obtener oro y venderlo en ebay o en algún mercado negro. Frikis viciados años y años al mismo juego para obtener más dinero, poder y niveles. Al final se convierte en un grave problema para algunas personas, que nada tiene que ver con adicción al videojuego en sí, sino adicción al dinero virtual en el que el jugador ha depositado su fe, sin el cual no podrá obtener todas las satisfacciones que el juego tiene prediseñadas para él.

¿Cuánto más, humanos, creéis que los ricos están volviéndose adictos al dinero y al poder? ¿Por qué crecen las desigualdades con esta crisis que en realidad es una macroestafa? ¿Los ricos es que tienen tan mal corazón que odian a la humanidad y por eso le quitan todo lo que tienen para tener ellos más?

Noooooo, es simplemente una cuestión de adicción y de roles. Ellos creen que su rol es correcto, es beneficioso para la humanidad, que la competencia es sana, que ganar dinero aumenta la riqueza en general, y no sólo la suya, ya que su dinero se reinvertirá en nuevos empleos y negocios. Y al mismo tiempo están autoengañados hasta tal punto, que no hacen más que ganar y ganar y ganar, sin importarles las consecuencias. Es más, la mayoría de los ricos en vez de retirarse y disfrutar de sus ganancias por el resto de su vida, y cederlas a sus herederos en el futuro, siguen en los negocios para seguir aumentando su riqueza, que muchas veces dilapidan inútilmente en ocio superficial como el golf, las mariscadas, los aviones, el coleccionismo de objetos muy caros, mansiones, aviones, coches…. y casi nunca en ciencia que beneficie a toda la humanidad, ciencia libre abierta y para todos. Ni siquiera cuando montan fundaciones de ayuda a enfermos de X enfermedad o a pobres de X país realmente se lo toman en serio. Es todo un parche para paliar los síntomas sin curar las causas, al mismo tiempo mantener una imagen de filántropo, y obtener jugosos descuentos en sus impuestos. Aunque todo esto también lo explico en otro artículo anterior.

En definitiva, el dinero es un rol al que le hemos dado tanto poder en la sociedad, que supera con mucho cualquier otro método de control. Un control que era necesario cuando vivíamos en la Edad Media, pero no en la era de Internet. Hemos de independizarnos completamente de él, y no simplemente pensar en que los más pobres merecen más dinero y que los ricos deberían dar un poco de su riqueza.

Esto último es caridad y ya sabemos que dar un pescado no quita el hambre, lo quita enseñar a pescar.

Eduquemos a nuestra población en ciencia, dejemos la religión y el dinero para divertirse con bodas frikis jedi y monopoly de Star Wars, que es donde deberían estar. Es la idea que trato de difundir. Comenta si tienes alguna idea que añadir, será bienvenida 🙂

Propuesta de Internet como sustituto del dinero y el gobierno

¿Qué influencia está teniendo Internet en la población mundial?

Actualmente las nuevas generaciones están más acostumbradas a compartir todo, y con los botones de “Compártelo” tan popularizados por los intereses comerciales, las empresas involuntariamente están fomentando dicho comportamiento. Internet es el mayor cambio de mentalidad de una sociedad competitiva a una colaborativa, a pesar de los demás medios de comunicación restrictivos. Por ejemplo, un periódico tanto en papel como online, no suele incluir referencias o enlaces, ni permiten comentarios; sin embargo los blogs personales en su mayor parte sí los incluyen y los permiten. Por tanto, acaban comiéndose a los primeros por tener mayor interconexión, difusión y colaboración entre ellos. Así pues, es una herramienta poderosa para utilizar en las transacciones comerciales entre personas individuales, entre la gente de a pie, sustituyendo e independizándonos cada vez más de los grandes medios comerciales, no sólo de comunicación.

¿Por qué se usa el dinero? ¿Hay alternativa?

Antiguamente, en las tribus pequeñas cada persona realizaba una tarea necesaria para el mantenimiento de la comunidad, y con ello estaban más que satisfechos en las etapas tempranas de la evolución humana. Sin embargo, al crecer la sociedad, la cultura, la tecnología… se hizo difícil comunicarse entre todos los miembros (de una ciudad, una nación, o de naciones distantes….) por lo cual para realizar de forma efectiva el trueque comenzaron a usarse intermediarios, en forma de dinero.

Sin embargo, ¿tenemos ese problema actualmente? Gracias a Internet, el problema de la dificultad de comunicación entre las personas ya no existe. Si alguien en Hong Kong necesita un galón de petróleo y alguien en Irán necesita un coche, no tienen que encontrar a alguien cercano para realizar el trueque, ni es obligatorio usar dinero. Internet puede hacer de intermediario para tal trueque. Porque si el dinero es una forma de trueque indirecto ¿qué nos impide volver al trueque directo simplificando las herramientas a nuestro alcance?

Ahora bien, surge un problema al considerar el valor fluctuante de las cosas, ya que con el tiempo se ha ido creando un concepto de valor muy distorsionado, donde el precio de las cosas va en función de múltiples parámetros (inflación, valor de las divisas, caprichos empresariales, políticos, situaciones y conflictos locales, etc.) cada vez más caóticos. ¿Cómo se podría resolver eso?

En forma de transición, se podría usar una moneda virtual como Ripple o BitCoin, descentralizadas. Es decir, no están fijadas a una nación o divisa, sino que usan el sistema de redes p2p. Adicionalmente, se podría incorporar un Banco del Tiempo universal, que comprenda también lo que hasta ahora entendíamos como trabajo por dinero, pero de una forma mucho más justa y equitativa. Si se creasen plataformas universales y descentralizadas de este tipo, dejaríamos de necesitar progresivamente el dinero, como forma de transición hasta una Economía Basada en Recursos.

¿Y qué del gobierno?

Al igual que compartir e intercambiar, Internet también está siendo una gran herramienta de ayuda para el autogobierno. Iniciativas como esta que nos cuenta Jennifer Pahlka en TED, ponen de manifiesto la necesidad de ocupar el nicho de la burocracia con los medios virtuales por parte de los ciudadanos, antes de que los gobernantes la hagan tan mastodóntica que frene el progreso social (si es que no lleva haciéndolo ya siglos). Aplicar tecnología que solucione necesidades de la sociedad va haciendo directamente obsoleta la burocracia y el gobierno, creando herramientas libres, abiertas y de acceso público. Y especialmente si se utilizan también para difundir tecnología casera, permite a las personas independizarse poco a poco del sistema. Todos estos desarrollos podrían ser financiados por las propias personas, a base de microcréditos, o microfinanciaciones, para lo cual existen plataformas conocidas como Kickstarter o Goteo (aunque también deberían crearse plataformas libres de este tipo).

¿Qué puedo hacer yo?

Tenemos que pensarlo mejor. ¿Prefieres pagar a una gran multinacional por un móvil molón que probablemente te durará menos de 2 o 3 años, o que se quedará obsoleto sin posibilidad de actualizarse en 6, o invertir en el desarrollo de planos de un móvil libre que podrías construirte tú mismo por menos de la mitad del dinero, actualizable y quizás no tan molón, pero mucho más funcional? O si no sabes hacerlo ¿prefieres que un chino, posiblemente hasta menor de edad, sea explotado para montártelo, o participar en el desarrollo de una impresora 3D que lo construya por ti, o incluso intercambiar unas horas de tu tiempo en algo que realmente te guste hacer con otra persona que lo construiría con los planos antes mencionados? Tenemos que ser más consecuentes, conscientes y libres. Mientras sigamos atados a las herramientas del pasado, nunca evolucionaremos.

Usa internet. Comparte información y tecnología. Difunde tus conocimientos. Consume lo mínimo y con responsabilidad. Independízate. Ayuda a los demás, no a las grandes empresas y gobiernos. Piensa en los seres humanos, en la naturaleza, en el planeta, y no en el dinero que cuesta tal o cual cosa. Sé libre de esa forma, o te esclavizarán con tu permiso y complicidad.

¿Qué hacer si fuese rico?

Hace poco ha salido la noticia de que unos doce millonarios se han unido a una iniciativa de Bill Gates y Warren Buffet para donar la mitad de sus abultados patrimonios monetarios a alguna buena causa. Como podría parecer en principio una gran noticia, me puse a examinar realmente en qué se van a emplear o en qué se han empleado las donaciones.

Lo que captó primero mi interés fue saber que la fundación de Bill y Melinda Gates es la organización más grande del mundo dedicada a la caridad. Como sólo había escuchado sobre algunos de sus proyectos en los medios de comunicación, me molesté en investigar en su página web a ver qué había de aprovechable en ella. Por ejemplo, los planos de construcción de un sistema de reciclaje de compost a partir de aguas fecales. Pero por más que buscaba, sólo encontré presentaciones bonitas con fotos de negritos sonrientes, y textos explicando de forma muy populista, generalista y orientada a inversores, los proyectos que se presentaban. Toda la página en conjunto es una enorme presentación powerpoint y de “qué guays somos”, no hay absolutamente nada aprovechable, que ningún habitante de países subdesarrollados pueda ver, aprender y redifundir. Nada que un médico en la India pueda ver, aprender y crear en su laboratorio o su consulta. Absolutamente nada, sólo presentaciones y proyectos para captar inversores y que Gates no les cierre el grifo de la financiación, rodeado de fotos bonitas que para nada representan lo que realmente hacen.

Y digo yo ¿esto es realmente ayudar a la humanidad? En este artículo explican muy bien lo que se esconde detrás de esa fachada tan populista, la pantomima que rodea a toda la campaña “filantrópica” que llaman The Giving Pledge (La Promesa de Dar). Lo mismo podemos encontrar en las fundaciones Walton Family Foundation y The Broad Foundations, financiadas respectivamente por la familia de fundadores de Wall-Mart y Eli Broad (inversor y accionista de AIG). Os invito a examinar a fondo sus páginas si tenéis interés, para encontrar algo útil, aprovechable y compartible por toda la humanidad por si realmente me equivoco, pero es más o menos lo mismo.

Entonces ¿qué es lo correcto? ¿quién soy yo para decir lo que tiene que hacer un rico con su dinero? Realmente no soy nadie, pero sí tengo muy claro lo que haría si, de pronto, me tocasen varios millones de euros en la lotería, o me llegara una herencia de un lejano y desconocido familiar, o tuviera éxito en cualquier empresa y me forrase casi de la noche a la mañana.

Si el dinero no fuese suficiente para montar una gigantesca fundación como las anteriores, lo que haría en principio sería montarme una casa autosuficiente en algún lugar, con una huerta, gatitos, placas solares, aerogeneradores, sistema de reciclaje de aguas fecales y compostaje, rodeado de un entorno lo más natural posible y mantenido por mí y los que quisieran ayudarme. Durante todo el proceso de construcción, la condición para trabajar con el magnífico sueldo que pagaría a todos los participantes sería explicarme todo el proceso desde el principio hasta el final, de forma que cualquiera pudiera hacer lo mismo con dicha información, y hacerlo todo con materiales lo más naturales, reciclables, modulables y baratos posible. Y una vez hecho todo, contrataría a alguien para crear una página web con todo el proceso necesario para construir todo lo que haya montado y lo difundiría con licencia copyleft para que cualquiera pudiera copiarlo, modificarlo, mejorarlo y usarlo para beneficio de todos aquellos que quisieran independizarse de la sociedad de consumo, cremiento y dinero poco a poco.

En cambio, si mi riqueza fuera tal, que estuviera en la lista de Forbes entre los cien primeros, como esos señores que han decidido donar la mitad de sus fortunas; lo que haría sería para empezar crear una gigantesca fundación con toda mi riqueza, excepto lo justo para continuar con mi austera pero holgada vida. Con ella, me dedicaría a varias o todas las funciones siguientes según las posibilidades que me permita el sistema y el dinero disponible:

Investigación, diseño y construcción de alternativas económicas, renovables y ecológicas de los sistemas de producción de energía, cuyos planos se difundirían libremente por Internet: aerogeneradores, placas solares, concentradores, generadores de gas oxídrico, energía hidroeléctrica, etc…

Lo mismo, pero dedicado a producción renovable de agua y alimentos, como una turbina aerogeneradora que condense agua de la atmósfera, desaladoras de energía solar, cultivo hidropónico, sistemas de permacultura, compost natural, etc…

Compra de patentes útiles para su liberación como código/hardware abierto o copyleft.

Creación de una gran página web en colaboración con Wikipedia (por ejemplo) para la difusión de alternativas tecnológicas de libre acceso, mejora y edición. Como la enciclopedia colaborativa que todos conocemos, pero dedicada a diseños, planos y proyectos de tecnología.

Apoyo, soporte económico y mejora del kernel Linux y cualquiera de las muchas aplicaciones para los usos más variados, y creación de otras nuevas para cualquier problema existente común a todos los seres humanos para su libre distribución. Se podría mejorar el desarrollo Gimp, Firefox y Ubuntu, crear nuevos programas de gestión de sistemas automatizados para hogares y comunidades, mejora de la estandarización y comunicación entre diferentes sistemas operativos y elementos de hardware, etc…

Creación y fomento de empresas de reciclaje, donde cualquiera pueda entrar y coger lo que necesite, y el resto se procesa para venderlo a las empresas como material. Así se crea riqueza mientras aún convivamos con el sistema monetario y al mismo tiempo cualquier necesitado se puede aprovechar sin trabas (muchas empresas de basura y reciclaje limitan el acceso a sus instalaciones para evitar que la gente se aproveche, lo cual me parece muy mal).

Creación de escuelas y universidades donde se enseñarían todos los proyectos y tecnologías mencionados, además de fomentar la investigación de nuevas alternativas, donde en vez de exámenes sus trabajos y evaluaciones consistieran en escribir artículos de Wikipedia y describir los procesos de construcción en la página de tecnología libre para hacerlo accesible y comprensible (en los primeros cursos) y diseñar nuevos programas, tecnologías, medicamentos, métodos y herramientas (en los cursos finales y proyectos de fin de carrera o doctorados). La educación sería gratuita, subvencionada y se invitaría a estudiantes de todos los rincones del mundo con la condición de que, además de difundir todos sus conocimientos durante la carrera, a su vuelta educasen a un mínimo de estudiantes en sus lugares de origen con todo lo que aprendieron.

Investigación médica y difusión de medicamentos naturales, fórmulas químicas, métodos y aplicaciones sanitarias alternativas a las patentadas por las grandes farmacéuticas. Además de campañas de concienciación globales en países con poco acceso a información sobre SIDA, malaria, anticoncepción, prevención de enfermedades, vías de contagio, potabilización casera del agua, etc…

Compra de una isla o un terreno de algún país lo más neutral, justo y libre posible, para comenzar la construcción de la primera ciudad circular basada en los diseños del Proyecto Venus, e invitar a todo aquel que quiera ayudar, libremente y sin obtener beneficios monetarios a cambio (se empleará el dinero sólo en la compra de recursos materiales externos)

Creación de un extenso documental explicando todos los proyectos, descubrimientos científicos, explicación del método científico, el pensamiento crítico, los problemas actuales del mundo, posibles soluciones, alternativas viables, y difundirlo por Internet, bibliotecas, escuelas, cines, etc. Un ejemplo de algo ya hecho, con muchos menos medios, es TROM, un documental de 13 horas que abarca casi todos los aspectos de la sociedad, la ciencia, y las alternativas al sistema, como la Economía Basada en Recursos.

Transparencia, libertad, compartir, colaborar y ayudar a los seres humanos globalmente. Para eso debería emplearse el dinero, y si fuera rico eso haría.

Si eres rico, y estás leyendo esto, te ruego que sigas mi consejo. No habrá persona en el mundo más querida y admirada que tú.

¿Por qué el dinero no es un incentivo para una sociedad mejor?

Una de las asunciones más extendidas sobre el mundo en el que vivimos, es que el dinero sirve como incentivo para que la gente haga tareas que de otra manera no haría. Es más, muchas personas presuponen que sin el estímulo monetario la mayor parte de gente se quedaría en el sofá viendo el fútbol, tomando cerveza, rascándose los huevos, sin aportar nada a la economía ni al estado.

Dejando de lado el tema de que la vida ofrece una enorme cantidad de opciones como para quedarse en casa en el sofá, algo que hacen muchos parados que se quedan meses sin saber qué hacer con sus vidas, el dinero se ha demostrado, desde hace muchos años, que no supone un incentivo para el ser humano, tal como si funcionara como un condicionamiento operante. Cierto es que los seres humanos somos animales, y no dejamos de actuar como una forma evolucionada de los mismos. Entonces, ¿cómo es que no funciona? ¿No parecería lógico que fuera así? Le dices a alguien “haz esto”, y cuando lo realiza le das 100 euros. Dicha persona podrá comprarse lo que quiera con esos 100 euros, y estará más dispuesta a hacer la misma tarea u otra que le pidas, a cambio de la misma o más cantidad de dinero.

Lo cierto es que no funciona exactamente así, como se puede ver en esta interesante charla de TED Talks, Dan Pink en la sorprendente ciencia de la motivación. Recomiendo verla antes de seguir con el artículo, para apreciar los detalles. También recomiendo esta animación de RSA, que explica lo mismo en un lenguaje más claro y sencillo, como complemento. Ciertamente, se ve que el dinero sólo funciona como incentivo en un cierto tipo de tareas, las que implican repetitividad; o esfuerzo puramente mecánico, físico. Un reponedor, un cajero, una cadena de montaje, un administrativo introduciendo números todo el día, un pintor dando brochazos en las paredes de casa en casa, un ingeniero manteniendo diariamente las mismas máquinas…; en estos trabajos, cuanto más pagues, con mejor desempeño harán su tarea. Quizás se
desanimarán menos, o lo harán más rápido, o estarán más pendientes de no cometer errores.

¿Qué problemas supone este método en este tipo de trabajos cuando lo vemos en el día a día? Hay muchas razones. El miedo a quedarte en el paro, hace que aceptes cada vez un incentivo monetario menor, pero al mismo tiempo dicho menor incentivo hace que hagas peor la tarea. Esto supone mayor número de despidos por falta de productividad, mayor necesidad de rotación de empleos por estrés, mayor gasto público por el paro, menor satisfacción por el trabajo bien hecho, etc… Un sinfín de problemas que cualquiera que lo examine en profundidad se puede imaginar.

Pero, ¿qué pasa cuando el trabajo requiere destreza mental, más allá de la repetitividad y la mecanicidad? Que a mayor incentivo monetario, ¡peor se hace la tarea! ¿Cómo es esto posible? ¿No debería ser, aunque sea, el mismo o similar desempeño en todo caso? La cuestión es que no es así. Como explican en la charla, una buena razón es que las recompensas que usan condicionamiento operante estrechan nuestro rango de pensamiento a la hora de realizar las tareas. Por ejemplo, si a ti te ofrecen 1000 euros por escribir un artículo en un periódico sobre determinado tema, te vas a ceñir estrictamente al mismo, no sea que vayas a perder tan significativa cantidad de dinero, pero si no te ofrecen nada, o una cantidad simbólica (1-5 euros), posiblemente te motives para investigar temas relacionados para embellecer o mejorar el artículo, por placer personal o por dar una mejor imagen al público que realmente va a leerlo (no al pagador). Ciertamente, en estas situaciones se estimula el pensamiento lateral por uno
mismo, no por el incentivo monetario. Incluso con tareas mecánicas y repetitivas, como introducir una larga serie de datos en el ordenador, algo que te llevaría una determinada cantidad de tiempo, te limitas a cumplirlo, contento de recibir tan alta cantidad de dinero por tan poco esfuerzo. Sin embargo, si te ofrecen nada o una cantidad simbólica, posiblemente pienses “quizás me lleve menos tiempo si hago esto…“, o “con este otro programa se puede automatizar y así me puedo ir antes“. ¡Una tarea mecánica se convierte automáticamente, sin estímulo monetario, en una tarea que emplea destreza mental para maximizar la productividad!

Esto no es algo arbitrario, ni aplicable sólo a determinadas situaciones. Es algo que ha sido demostrado científicamente en cualquier época, en cualquier lugar del mundo, y con un amplio rango de tareas, que requieran cualquier tipo de destreza mental, creatividad o concentración.

¿Cómo entonces, conseguir que la gente se estimule para realizar las tareas mejor, para alcanzar una máxima productividad, un máximo beneficio personal y social, una mayor felicidad en el desempeño?

¡Quitando el dinero de la ecuación! Dejando de tratar a las personas como simples ratas de laboratorio sin creatividad, y dejando de usar el condicionamiento con ellas. Porque una persona condicionada no es libre.

Obviamente esto deja pie a más preguntas de las que resuelve: ¿Qué hacemos entonces para que la gente trabaje? ¿De qué vamos a comer sin dinero? ¿Cómo puede, entonces, la sociedad y la economía, funcionar? Hay una alternativa a este sistema, la economía basada en recursos, pero esto requiere una mucho más larga exposición, por lo que iré hablando de ella posteriormente, y poco a poco, a medida que vaya abordando muchos más aspectos de la sociedad.

Cierro este artículo con un vídeo de Jacque Fresco, corto pero revelador, de cómo ganar dinero no es casi nunca el resultado de un mejor esfuerzo o desempeño social.