El activismo interseccionalista

Un tiempo después de comenzar a comprender y difundir la Economía Basada en Recursos, llegué a la conclusión de que también estaba haciendo un activismo interseccionalista sin darme cuenta. Es un concepto que no conocía en su momento, pero que cuando leí sobre él fue como si encajaran todas las piezas en mi cabeza. Como estuve hablando sobre este tema recientemente e hice un análisis resumido de qué es y por qué defiendo un activismo interseccionalista, recopilo aquí mis apuntes de una forma clara de tal manera que puedan ser comprendidos fácilmente por alguien que se introduce tanto en la EBR como en el interseccionalismo, y remitirles aquí cada vez que surja el tema y el interés.

El interseccionalismo  o interseccionalidad es un movimiento que defiende que todas las opresiones tienen una raíz común y cultural, y que las distinciones que hacemos de especie, raza, género, etnia, clase, discapacidad, orientación sexual, religión, casta, edad, nacionalidad, etc… no son naturales y son construidas, interaccionan entre sí, y son interdependientes en muchos niveles (según la sociedad, cultura, época, o persona concreta, etc…)
Por tanto, defiendo que todas las luchas deben unirse en una sola, una lucha contra todas las opresiones, y que feministas, animalistas y veganos, antirracistas, antifascistas, movimiento LGTB, movimientos ateos contra la violencia religiosa, anarquistas y otros movimientos políticos y económicos que buscan el fin de las fronteras y las clases sociales y económicas, etc… deberían trabajar unidos en vez de divididos cada uno por su cuenta, pues si no se acaban unas opresiones, no se acabarán otras. Una frase que me gusta mucho, que es de Marx (aunque no soy comunista), dice:

«El grado de emancipación de la mujer es la medida natural de la emancipación general»

Una de las críticas más fuertes que he visto contra el interseccionalismo viene de los animalistas o veganos «puros» hacia los que son interseccionalistas, llegando a afirmar incluso que los interseccionalistas son especistas. Hay un vídeo muy gracioso que resume muy bien lo que piensan los primeros de los segundos. Hay cosas que (¡como siempre!) Hitler tiene razón, pero muchas otras no.

El interseccionalismo no es especismo ni ignora a los animales, además que como dije son luchas que pueden actuar unidas sin necesariamente ocultar o minimizar el activismo animalista y voy a explicar por qué:

Animalismo no significa «los animales por encima del humano». Significa «al mismo nivel». Espero que en este punto estemos todos de acuerdo.

Para empezar, hay que tener en cuenta por qué tratamos a los animales como los tratamos, como cosas, objetos. Si os fijáis en culturas antiguas, las pinturas en las cuevas prehistóricas, los indios de américa, aborígenes, etc… podéis observar que hay una gran presencia de adoración y respeto a los animales. Claramente había que comerlos para sobrevivir, pero eso no significa que no les tuvieran respeto. También mataban otros seres humanos, en las luchas de tribus, por territorio, etc… y eso no significa que necesariamente considerasen a otros humanos como objetos o algo muy distintos a ellos mismos.

El principal (aunque no único) origen de esta rebaja del animal a considerarse como objetos de uso y abuso, es religioso. A un iluminado y sus seguidores se les ocurrió un día decir que Dios nos creó a los humanos a su imagen y semejanza, y que los animales sólo eran una cosa hecha a nuestro servicio, para disponer de ellos como considerásemos, y que no tenían alma alguna que respetar ni salvar. A partir de ahí es cuando la mayoría de culturas dejan de adorar y respetar a los animales y se convierten únicamente en comida, sacrificio, adorno, o simplemente una cosa a la que ignorar.
De forma similar, en el pasado a las personas de piel oscura (racismo) muchas culturas los consideraban iguales a los animales, como si fueran simios. Similar con las mujeres (machismo). Eran animales (especismo), no tenían alma, no tenían derechos, podían ser usados a nuestro antojo. Como puedes observar, racismo, machismo, y especismo son discriminaciones muy similar en origen y consecuencias, con una raíz común.

Por otro lado, está demostrado por muchos criminólogos que los asesinos, violadores, y maltratadores (tanto de mujeres como de hombres), los criminales que centran sus agresiones en otros seres humanos, suelen comenzar en su infancia o juventud maltratando animales. ¡Qué casualidad! Empiezas maltratando una hormiga o un gusano, luego pasas a maltratar un gato o un perro, o follarte una cabra, luego pasas a cazar elefantes y leones, y ¿por qué no empezar a matar o violar personas?
Eso ocurre con mucha frecuencia y está más que probado, siendo el maltrato animal un signo claro de una psicología que es muy probable que genere un futuro maltratador de personas, o directamente un asesino.
Esto es una clara indicación de por qué el animalismo y el feminismo deberían unir sus fuerzas, y evidentemente también a otros sectores activistas que luchan contra la muerte, la violación y el maltrato.
Estas cosas las digo continuamente porque el interseccionalismo tiene una base sólida, y el hecho de que haya interseccionalistas magufos, o a favor de la censura y el politicorrectismo, o que no comprendan bien lo que están defendiendo, no invalida la idea. Lo importante es la idea, no las personas que lo defienden. Igual que, por ejemplo porque haya comunistas que se vuelvan dictadores o capitalistas que se hagan filántropos, significa necesariamente ni que el comunismo sea malo, ni el capitalismo bueno.

 

Los videojuegos en el capitalismo; una propuesta para la economía basada en recursos

Cuando mi hermano pequeño se vino a vivir conmigo por primera vez, estaba en la edad del pavo y casi sólo tenía en su cabeza videojuegos y cómics. Yo trataba de que perdiese un poco menos de tiempo en esas cosas y las dedicase a otras más fructíferas, como estudiar, leer libros, irse de viaje, y lo típico. Lo siguiente es aproximadamente la conversación que tuve con él, que tuvo lugar antes de yo conocer las ideas del Proyecto Venus:

– Mira, los videojuegos de ahora no están hechos para que tú te diviertas de verdad y lo pases todo lo bien que lo puedas pasar, sino que están hechos para que pierdas el tiempo en ellos. Por ejemplo, cuando te obligan a subir a tu personaje de nivel 1 al 99 y mientras tanto recolectar miles y miles de moneditas para comprar. Eso no es lo que debes hacer en los videojuegos.

Mi hermano por entonces tenía un vicio al World of Warcraft, un juego que puede durar toda tu vida porque siempre hay algo que hacer, desbloquear, o comprar, y no precisamente cosas divertidas. Él jugaba en servidores piratas que, al menos, le permitían subir de nivel a una velocidad múltiple de los servidores originales.

– Es que si no, no puedo jugarlos bien. Me tienen bloqueados los personajes desde el principio, o todos los objetos, o cualquier otra cosa, y me tengo que tirar horas sólo para una tontería a la vez.

– Pues yo te digo cómo ahorrarte todo eso, experimentar los videojuegos en todo su esplendor, y luego tener tiempo de sobra para aburrirte empollando libros, que es lo que tienes que hacer. Mira como tengo aquí la Wii.

Le enseño el Loader de juegos, y también el Ocarina, un programa de escritura en memoria que altera los valores de algunos de los parámetros de los videojuegos.

– Con este programa puedo poner que el dinero que obtengas al principio sea infinito, así que ya te ahorras la primera parte del problema: conseguir dinero. Normalmente para eso tienes que pasarte horas y horas farmeando enemigos repetitivos y demasiado fáciles, o haciendo misiones que siempre al final son todas lo mismo. Tú lo que quieres es experimentar las mejores batallas y la historia principal, por ejemplo ¿no? Pues activas lo del dinero infinito, y listo.

– Pero entonces el juego se hace muy fácil ¿no? Lo tienes todo a tope y los enemigos mueren rápido.

– Claro que no, porque tú no tienes que hacer lo que te diga el juego. Ahí viene la segunda parte. El nivel. Normalmente para desbloquear todos los movimientos y todas las magias tienes que tener el personaje a nivel máximo. Y muchas veces eso hace que las estadísticas suban demasiado para como es el juego al principio ¿no?

– Claro, sería tan aburrido como ir matando conejos para sacar moneditas.

– Pues ahora usas el Ocarina para alterar las estadísticas también, y te pones los personajes débiles, el dinero al máximo, el nivel al máximo, y también pones la dificultad al máximo. Hay incluso trucos que te permiten subir la vida de los enemigos, y cosas así, con lo cual tienes resuelto el problema.

 

Una de las primeras veces que probamos esa técnica fue con el Sengoku Basara Utage. El juego tenía varios fallos, que estuvimos comentando en un foro español del juego, con varios fans. Las conclusiones fueron las siguientes:

– Había un montón de personajes y había que subirlos hasta nivel 100 para desbloquear todos sus movimientos. De docenas de movimientos por personaje, sin contar diferentes combinaciones entre sí, que también eran desbloqueables. Casi ninguno de los participantes del foro había jugado con todos los personajes, con todos sus movimientos, lo que lo hacía un juego técnicamente muy completo, pero muy limitado al principio.
– Las armas había que obtenerlas por puro azar, y recolectando amuletos, premios, tesoros, tómbolas, y cosas así. Luego esos premios se insertaban en las armas y quedaban listas para su uso. Las armas también se subían de nivel una a una, tenerla a nivel máximo era imposible sin docenas de horas de juego con el mismo personaje.
– Los enemigos morían rápido y daban energía y vida al morir, con lo cual el personaje del jugador está constantemente recuperándose a medida que pelea contra cientos y cientos de enemigos, haciéndolo casi inmortal.
– Algunos personajes estaban hypeados (como decían en el foro), que significa que era demasiado fácil y rápido ganar con ellos, de lo fuertes que eran.
– Como consecuencia de lo anterior, el juego tenía una dificultad muy baja, con una curva de aprendizaje forzadamente lenta (cuando en realidad es muy rápida) debido a la necesidad de subir de nivel y desbloquear.
– Por todo lo demás, era un juego magnífico y merecía toda nuestra admiración.

Un mapa jugado de forma normal, con los personajes a un nivel decente y en máxima dificultad, se puede ver más o menos así:

Me pasé unos días probando cosas, y finalmente le enseñé a mi hermano el resultado. Había hecho las siguientes alteraciones al juego:

– Había puesto todos los personajes a su nivel máximo.
– Las armas estaban al mínimo nivel posible en ataque y defensa
– Había desbloqueado todos los amuletos, y aplicado amuletos de disminución de ataque a los personajes más fuertes
– Había aplicado un amuleto especial que multiplicaba la vida de los enemigos
– Puesto en la máxima dificultad.

El resultado fue el siguiente, donde se puede ver el épico combate desarrollado durante tres cuartos de hora de estas dos titanes (puedes ver cualquier trozo, podrás comprobar la diferencia):

El juego se había convertido en una obra de arte de enchufar, y listo. Era sentarnos delante de la Wii, encender la consola, y tener el juego perfectamente listo para toda esa epicidad sin necesidad de echarle cientos de horas previas para tener los personajes listos.

 

¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué en general los juegos se enfocan de esa manera? ¿Por qué funciona como si tuviéramos un segundo trabajo? ¿No debería ser algo para divertirse? Ejemplos hay a patadas, prácticamente todos los juegos de hoy en día tiene lo que entendemos por «subir nivel», «ganar dinero», «farmear», «desbloquear», etc etc…
Una de las razones más evidentes, en principio, es que si pusieran el juego con todo su potencial desde el comienzo, seguramente serían menos duraderos. Y eso es parcialmente cierto. Al Sengoku Basara jugamos más de cien horas, pero desde luego mucho menos de lo necesario para tener todo desbloqueado, y aún así (como mostré en el ejemplo de antes), cumpliendo las reglas del juego, éste se hacía fácil y aburrido.

Otra de las razones es puramente monetaria. A los desarrolladores de videojuegos les conviene mostrar los juegos en versiones limitadas para que luego se gasten más en cosas desbloqueables. Por ejemplo, hay muchas compras en las Store de las diferentes consolas que consisten básicamente en desbloquear todo dentro del propio juego sin tener que jugar. Otras permiten comprar dinero virtual pagando dinero real (¡el colmo!).

Por último, y una de las razones que consideraría más tristes si fuera cierta, es que a la gente con dinero, los que manejan las grandes empresas, no les conviene tenernos en ese éxtasis de felicidad que suponen muchos videojuegos jugados en su máximo esplendor, sino en una posición de semi-satisfacción/semi-insatisfacción, desde la cual siempre queramos «un poquito más» para hacernos más vulnerables a seguir gastando dinero, en vez de la posición que por ejemplo adquiero yo, en la que hackeo mis propios juegos y tampoco los compro porque me los bajo de Internet (los juegos originales en las consolas modernas no son fácilmente hackeables, aunque en la Wii sí que lo era, gracias al Ocarina). Por supuesto, de vez en cuando compro algo que realmente me apetece, pero siempre porque lo he probado bien antes, sé que me gusta, y tengo una buena partida guardada editada a mi gusto para poder disfrutarlo en todo su esplendor.

Yo propongo, como amante de los videojuegos, que los entendamos de otra forma de aquí en adelante, como un mensaje a todos los aficionados. Los videojuegos deberían ser una herramienta colaborativa, de diversión plena, de evasión de la realidad, sin patrones repetitivos y tediosos añadidos de forma expresa para angustiarnos y mantenernos siempre insatisfechos. Una herramienta de diversión abierta, no cerrada. Que podamos todos compartirla por Internet con nuestras propias modificaciones. Que todos podamos añadir nuestros propios mapas y personajes (la comunidad modder de GTA V es alucinante, como ejemplo de lo que seríamos capaces). Que podamos reutilizar elementos de un videojuego a otro, para usar siempre lo mejor disponible de cada tipología. Que los videojuegos sean fácilmente actualizables y personalizables. Que permitan el uso de accesorios de todo tipo y sean compatibles con ellos. Que usemos tecnología p2p para jugar online a lo mejor de lo mejor, y no servidores privados sujetos a control de las corporaciones, que sólo quieren nuestro dinero y crearnos una adicción para que paguemos más. Compartamos la potencia de nuestros ordenadores en una red común para que las personas con ordenadores más lentos puedan jugar a las últimas novedades gracias a la tecnología de Internet y la banda ancha. Liberemos el mundo de los videojuegos, al igual que hicimos con el de los sistemas operativos y los drivers del hardware, camino en el cual ya tenemos mucho recorrido.

En definitiva, usemos la Economía Basada en Recursos en el mundo virtual, para conquistar el mundo real. ¡Os invito!

El rol del dinero

En esta vida, todo comportamiento humano que no está basado en la genética, es un rol. Esto no tiene nada de malo de por sí, excepto por el hecho de que gran parte de la humanidad vincula sus roles a la realidad de una forma intensa pero falsa.

Por ejemplo, la religión. Los dioses, pecados, leyes divinas, almas, vida después de la muerte, justicia del más allá… estas cosas forman parte del día a día e influyen enormemente en los comportamientos humanos a la hora de relacionarnos entre nosotros y con el planeta. Esto se diferencia mucho de, por ejemplo, los fanáticos, cosplayers, aficionados, frikis y demás fauna extraña que se suele ver disfrazada de su personaje favorito, o llevando camisetas con imágenes reconocibles, pasándose el día hablando de su anime o manga preferido, jugando partidas de rol tanto en vivo como en mesa… Toda esta gente una vez vuelve a casa (o al menos casi toda, ¡que hay gente para todo!) deja su rol aparcado, como debe ser, y regresa a la realidad del mundo, donde sigue con su vida normal.

Los religiosos, no. Ellos continúan con su rol hasta el momento de la muerte, creyendo que seguirán con el mismo rol incluso en el más allá (¿qué aburrido, no?).

También pasa con las ideologías políticas, la cultura y costumbres ancestrales (aunque no tengan origen religioso), lo que «se ha hecho de siempre», la pseudociencia y parapsicología, etc, etc.

La mayor parte de las veces estos roles no tienen mala intención. Todo el mundo que es de «derechas» o de «izquierdas», si no lo es por adoctrinamiento desde la más tierna infancia (que es lo más habitual), lo es con buena intención. Uno suele pensar que su ideología o religión es la correcta, y es la que debe ser, y no pretende con ello perjudicar a nadie. Sorprendentemente, ni siquiera creo que nuestros políticos en el poder tengan mala intención a la hora de gobernar. Simplemente están equivocados. Muy equivocados. Y nadie quiere aceptar que lo está, sobre todo si se trata de las bases sobre las que sustentan su vida.

Nadie quiere admitir que su religión es falsa.

Nadie quiere admitir que su opción política es ineficaz y obsoleta.

Y nadie quiere quedarse sin su dinero.

Eso es, ¿qué pasa con el dinero? ¿Tiene alguna vinculación con la realidad? Podemos informarnos sobre el origen del dinero, su sentido, su utilidad real y su puesta en práctica real. Hay muchos documentales sobre el tema, pero uno entretenido y divertido de ver podría ser este: Dinero es deuda.

Visto el documental (o si ya estás informado del origen del dinero), surge la pregunta: ¿Tiene entonces alguna vinculación el dinero con la realidad?

No, ya no. Se perdió, si es que quedaba algo de vinculación, cuando se abandonó el patrón oro (y ni siquiera entonces era un buen método). El dinero es un rol más, un rol con unas reglas alta y expresamente complejas, diseñadas para marear al no experto, e incluso al experto. Al final el control del dinero, especialmente en términos tan opacos, proporciona un control real sobre el mundo porque toda la humanidad acepta el rol del dinero como algo real. Mientras toda la humanidad acepte esos papelitos por el valor que les dicen que tienen, nunca dejará de dominar el mundo. Al final es todo una cuestión de fe, lo mismo que mueve la religión, la pseudociencia y parapsicología, la ideología política e incluso el equipo de fútbol al que animas. ¿Y de verdad queremos que el mundo se mueva por la fe?

El dinero fiduciario es el que usamos hoy en día. Básicamente tenemos que tener fe (o confianza, como le gusta llamarla a los economistas) en que el estado que emite tal moneda efectivamente tiene riquezas como para responder por las monedas que emite. Eso, hoy en día, cada vez más gente tiene claro que es no sólo mentira, sino una de las mayores estafas jamás llevadas a cabo. Toda esta crisis está creada por el inflamiento artificial de la deuda, «confiando» en que esta deuda será devuelta. Antiguamente, para evitar que los estados quebraran, existían años determinados en que se perdonaban todas las deudas por parte del rey de turno, y se hacía borrón y cuenta nueva con todo. Ya esto no se hace, como mucho la gente protesta por una «deuda ilegítima» pero no se llega a más que eso.

El dinero tiene un poder adicional que la mayoría de roles no tienen, y es que es aceptado por todo el mundo. La mayoría de la gente no aceptaría oraciones como pago por cualquier producto, muchas veces ni siquiera entre miembros de la misma religión. Pero todos aceptan tu moneda, incluso muchas monedas extranjeras. Esto convierte al dinero en el rol con mayor poder de adicción que existe (que no sólo las drogas provocan adicción). Es más poderoso aún que la religión, que mantiene unidas a millones de personas (aunque en conflicto permanente con el resto). Es tan poderoso, que la inmensa mayoría de las guerras que se han producido desde, digamos, el siglo XVIII han sido por dinero y poder, o recursos que proveen de dinero y poder, y no por cuestiones políticas, territoriales, religiosas o libertarias. En pocas palabras, el dinero es poder, directamente.

Cuando uno observa los juegos online multijugador masivos, como el World of Warcraft, ve que el principal negocio alrededor de los juegos está basado en el oro, y en cosas que se compran con oro. Las cuotas mensuales son sólo una pequeña parte, y en muchos juegos incluso es gratuita, pero tienes que pagar para tener la mejor montura o mejor espada. Al final se monta todo un metanegocio alrededor del oro: chinos jugando horas y horas para obtener oro y venderlo en ebay o en algún mercado negro. Frikis viciados años y años al mismo juego para obtener más dinero, poder y niveles. Al final se convierte en un grave problema para algunas personas, que nada tiene que ver con adicción al videojuego en sí, sino adicción al dinero virtual en el que el jugador ha depositado su fe, sin el cual no podrá obtener todas las satisfacciones que el juego tiene prediseñadas para él.

¿Cuánto más, humanos, creéis que los ricos están volviéndose adictos al dinero y al poder? ¿Por qué crecen las desigualdades con esta crisis que en realidad es una macroestafa? ¿Los ricos es que tienen tan mal corazón que odian a la humanidad y por eso le quitan todo lo que tienen para tener ellos más?

Noooooo, es simplemente una cuestión de adicción y de roles. Ellos creen que su rol es correcto, es beneficioso para la humanidad, que la competencia es sana, que ganar dinero aumenta la riqueza en general, y no sólo la suya, ya que su dinero se reinvertirá en nuevos empleos y negocios. Y al mismo tiempo están autoengañados hasta tal punto, que no hacen más que ganar y ganar y ganar, sin importarles las consecuencias. Es más, la mayoría de los ricos en vez de retirarse y disfrutar de sus ganancias por el resto de su vida, y cederlas a sus herederos en el futuro, siguen en los negocios para seguir aumentando su riqueza, que muchas veces dilapidan inútilmente en ocio superficial como el golf, las mariscadas, los aviones, el coleccionismo de objetos muy caros, mansiones, aviones, coches…. y casi nunca en ciencia que beneficie a toda la humanidad, ciencia libre abierta y para todos. Ni siquiera cuando montan fundaciones de ayuda a enfermos de X enfermedad o a pobres de X país realmente se lo toman en serio. Es todo un parche para paliar los síntomas sin curar las causas, al mismo tiempo mantener una imagen de filántropo, y obtener jugosos descuentos en sus impuestos. Aunque todo esto también lo explico en otro artículo anterior.

En definitiva, el dinero es un rol al que le hemos dado tanto poder en la sociedad, que supera con mucho cualquier otro método de control. Un control que era necesario cuando vivíamos en la Edad Media, pero no en la era de Internet. Hemos de independizarnos completamente de él, y no simplemente pensar en que los más pobres merecen más dinero y que los ricos deberían dar un poco de su riqueza.

Esto último es caridad y ya sabemos que dar un pescado no quita el hambre, lo quita enseñar a pescar.

Eduquemos a nuestra población en ciencia, dejemos la religión y el dinero para divertirse con bodas frikis jedi y monopoly de Star Wars, que es donde deberían estar. Es la idea que trato de difundir. Comenta si tienes alguna idea que añadir, será bienvenida 🙂

Mensaje a las clases medias

He estado leyendo atentamente un artículo que explica por qué no ha surgido la violencia aún en España. En este país sufrimos los continuos engaños de las clases altas, especialmente políticos y banqueros, para aumentar más sus riquezas. ¿Por qué las clases bajas y medias no han recurrido a la violencia?
Podéis leer opcionalmente este artículo, que paso a citar y comentar aquí debajo, sólo como apoyo a mi mensaje, puesto que explica algunas cosas mejor que yo:

“Y los parias no suelen hacer las revoluciones –explica Florentino Moreno, profesor de Psicología Social de la Universidad Complutense-. La historia nos demuestra que han sido las clases medias y los burgueses los que han encabezado las revoluciones, generalmente cuando sus expectativas se han visto frustradas. No fue el lumpen el que tomó La Bastilla, sino los comerciantes. De hecho, en los países más pobres, como los africanos, nunca se han producido revueltas políticas violentas”

Cuando uno concibe la sociedad humana desde un punto de vista que podría tener alguien que viviera, por ejemplo, en otro planeta, es fácil darse cuenta del por qué. Las clases altas mantienen su poder porque están (creen estar) en la cima. Las clases bajas están siendo explotadas por el resto, y no pueden desarrollarse como personas excepto por caridad o ayudas estatales; y las clases medias, sin sufrir esta explotación, tienen un nivel de vida suficiente para desarrollar su máximo potencial (lo alcancen o no). Tanto las clases altas como las medias, en virtud de ese potencial, tienen el brebaje suficiente para revolucionar el planeta. Pero las altas no lo van a hacer. No al menos radicalmente, debido a la gran represión que suele producir la religión para autopreservarse en el poder. En esta época las religiones son muchas, pero una de ellas domina al resto con una fuerza absolutamente global: el dinero. ¿Quiénes tienen poco dinero y mucho potencial intelectual? Las clases medias, que son las que tienen unas expectativas que se cumplen en menor medida que las altas, que lo tienen todo en bandeja. Por ejemplo, alguien que nace con mucho dinero, puede elegir una plaza en una universidad importante, una empresa con dinero, un partido con poder, etc… Si naces con poco dinero puedes estudiar duramente por una beca y que al final no te la concedan. ¡Pero el conocimiento intelectual que adquirió en el camino ya está ahí! Esa persona ya quiere seguir aspirando, y tiene un obstáculo: la religión. Al igual que Galileo se topó con la Iglesia, las clases medias nos topamos con el dinero.

“No sólo estoy mal sino que me comparo con mis propias expectativas”.

Efectivamente.

“Existen varios factores que explican la relativa paz social en España –responde Florentino Moreno- por un lado, la dispersión de la identidad social. Se han desdibujado conceptos como el sentimiento de pertenencia a una clase, muy fuerte en conflictos anteriores. A esta dispersión social hay que sumar una dispersión geográfica”.

¿Por qué? Desde mi punto de vista de dispersado extremo, en el que siento a toda la humanidad y el planeta como una sola cosa, y al mismo tiempo cada ser vivo un ser especial en sí mismo, el concepto de patrias, fronteras, divisiones, clases (altas, medias y bajas), etc,. se está desdibujando entre la humanidad. Las personas ya no desean la paz de su barrio, su provincia, o su país, sino que ¡piden la paz por otros países! Eso es algo inaudito en el pasado. Es decir, ha ocurrido alguna vez, pero históricamente es algo muy raro. Y sin embargo cuando Estados Unidos invadió Afganistán e Irak se manifestaron millones de personas de todos los rincones del mundo. No hubo un solo país del mundo en el que no hubiera alguien que protestara por aquella guerra. A no ser que te cortaran la cabeza por ello, no he mirado las estadísticas de Corea del Norte xD
En todo caso, ¿no es verdad que que esos conceptos se están desdibujando entre la humanidad? ¿No nos da eso alguna esperanza para alcanzar una Economía Basada en Recursos, que es la consecuencia lógica que surgiría con la dispersión de las ideas de clases y fronteras. Siempre que no haya algún supervillano que domine todo el mundo él sólo, claro está, lo cual… es muy improbable ¿no?

“Un tercer factor –prosigue Moreno- es la percepción de que no se han agotado las alternativas no violentas: la violencia se ejerce por cambiar mucho, no por cambiar un poco”. En el mismo sentido se aplica la deslegitimización de la violencia como herramienta de cambio en las últimas décadas, un zeitgeist opuesto al que se vivía en los años 70 y 80: “no existe nadie ahora mismo que tenga un discurso que justifique la violencia como reacción a la violencia del sistema. Con la posible salvedad de Negri, la violencia se considera un recurso último y muy devaluado”.

Sí, pero ¿qué pasaba antes de los años 70 y 80? ¡El movimiento hippie! El más famoso movimiento por la paz y la no violencia que hubo en toda la historia. Imaginaos esa idea de paz como una onda que choca contra otra onda, la de la idea de la violencia que arrastrábamos desde milenios. El resultado de ambas, sale distorsionado con valores adquiridos de una y de otra. De ahí surge la violencia de las revueltas que hubo en todo el mundo, que se consideraba siempre una lucha justificada por la paz. De nuevo esa idea choca con un nuevo tipo de idea de paz, que surge en múltiples focos gracias a Internet. Gracias a la era de la información, donde todos tenemos mucho más que una simple foto de la Tierra. Tenemos mucho más. Tenemos el mundo en nuestras manos a través de una pantalla, o cualquiera de los múltiples dispositivos que nos conectan con el resto del planeta.

Tierra
Imagen desde el Apollo 17 en 1972, una de las que inspiraron el movimiento hippie y ecologista. Humanidad, fraternidad, respeto al medio ambiente… ¿a qué nos suena esto? 🙂

Con mucho más, podemos hacer más. Y cuando la ciencia se usa para la paz, es tan poderosa como cuando se usa para la guerra. Y sin embargo, sólo se gasta la mitad de su poder para crear, mientras que la otra mitad se gasta para destruir. Guerras, consumismo, tecnología bursátil, dinero, burocracia y división de clases y naciones. Todo esto consume una dolorosa parte de los recursos del planeta, mientras que la otra mitad lucha más por deshacer el desastre de la primera que por algo realmente novedoso para la humanidad. Sólo podemos salir de este bucle vicioso cambiando el paradigma.
Y el paradigma se difunde como una onda, que cuanto más crece más imparable. Y como la historia demuestra, el germen de estas revoluciones siempre se inicia en las clases medias.

¿Por qué crees ahora que están destruyendo a las clases medias y creando una gran fuerza de superricos y superpobres? ¡Lucha por un mundo sin clases! Difunde la idea de Economía Basada en Recursos, no te desanimes, porque es obvio que está ocurriendo. Ha llegado su momento.

Regreso

Por problemas con el proveedor, de los que pronto hablaré, he tenido que reunificar mis antiguos blogs (blog.toranks.es y zeitgeist.toranks.es) en uno solo.

Aquí iré recuperando los post poco a poco para que podáis volver a verlos, poniéndoles la fecha correcta para que salgan como en su día. Si tenéis vuestros RSS, veréis como os llegan artículos un poco a lo loco.

Disculpad por eso, y saludos de nuevo. ¡Seguiré pronto a dar morcilla!

Propuesta de Internet como sustituto del dinero y el gobierno

¿Qué influencia está teniendo Internet en la población mundial?

Actualmente las nuevas generaciones están más acostumbradas a compartir todo, y con los botones de “Compártelo” tan popularizados por los intereses comerciales, las empresas involuntariamente están fomentando dicho comportamiento. Internet es el mayor cambio de mentalidad de una sociedad competitiva a una colaborativa, a pesar de los demás medios de comunicación restrictivos. Por ejemplo, un periódico tanto en papel como online, no suele incluir referencias o enlaces, ni permiten comentarios; sin embargo los blogs personales en su mayor parte sí los incluyen y los permiten. Por tanto, acaban comiéndose a los primeros por tener mayor interconexión, difusión y colaboración entre ellos. Así pues, es una herramienta poderosa para utilizar en las transacciones comerciales entre personas individuales, entre la gente de a pie, sustituyendo e independizándonos cada vez más de los grandes medios comerciales, no sólo de comunicación.

¿Por qué se usa el dinero? ¿Hay alternativa?

Antiguamente, en las tribus pequeñas cada persona realizaba una tarea necesaria para el mantenimiento de la comunidad, y con ello estaban más que satisfechos en las etapas tempranas de la evolución humana. Sin embargo, al crecer la sociedad, la cultura, la tecnología… se hizo difícil comunicarse entre todos los miembros (de una ciudad, una nación, o de naciones distantes….) por lo cual para realizar de forma efectiva el trueque comenzaron a usarse intermediarios, en forma de dinero.

Sin embargo, ¿tenemos ese problema actualmente? Gracias a Internet, el problema de la dificultad de comunicación entre las personas ya no existe. Si alguien en Hong Kong necesita un galón de petróleo y alguien en Irán necesita un coche, no tienen que encontrar a alguien cercano para realizar el trueque, ni es obligatorio usar dinero. Internet puede hacer de intermediario para tal trueque. Porque si el dinero es una forma de trueque indirecto ¿qué nos impide volver al trueque directo simplificando las herramientas a nuestro alcance?

Ahora bien, surge un problema al considerar el valor fluctuante de las cosas, ya que con el tiempo se ha ido creando un concepto de valor muy distorsionado, donde el precio de las cosas va en función de múltiples parámetros (inflación, valor de las divisas, caprichos empresariales, políticos, situaciones y conflictos locales, etc.) cada vez más caóticos. ¿Cómo se podría resolver eso?

En forma de transición, se podría usar una moneda virtual como Ripple o BitCoin, descentralizadas. Es decir, no están fijadas a una nación o divisa, sino que usan el sistema de redes p2p. Adicionalmente, se podría incorporar un Banco del Tiempo universal, que comprenda también lo que hasta ahora entendíamos como trabajo por dinero, pero de una forma mucho más justa y equitativa. Si se creasen plataformas universales y descentralizadas de este tipo, dejaríamos de necesitar progresivamente el dinero, como forma de transición hasta una Economía Basada en Recursos.

¿Y qué del gobierno?

Al igual que compartir e intercambiar, Internet también está siendo una gran herramienta de ayuda para el autogobierno. Iniciativas como esta que nos cuenta Jennifer Pahlka en TED, ponen de manifiesto la necesidad de ocupar el nicho de la burocracia con los medios virtuales por parte de los ciudadanos, antes de que los gobernantes la hagan tan mastodóntica que frene el progreso social (si es que no lleva haciéndolo ya siglos). Aplicar tecnología que solucione necesidades de la sociedad va haciendo directamente obsoleta la burocracia y el gobierno, creando herramientas libres, abiertas y de acceso público. Y especialmente si se utilizan también para difundir tecnología casera, permite a las personas independizarse poco a poco del sistema. Todos estos desarrollos podrían ser financiados por las propias personas, a base de microcréditos, o microfinanciaciones, para lo cual existen plataformas conocidas como Kickstarter o Goteo (aunque también deberían crearse plataformas libres de este tipo).

¿Qué puedo hacer yo?

Tenemos que pensarlo mejor. ¿Prefieres pagar a una gran multinacional por un móvil molón que probablemente te durará menos de 2 o 3 años, o que se quedará obsoleto sin posibilidad de actualizarse en 6, o invertir en el desarrollo de planos de un móvil libre que podrías construirte tú mismo por menos de la mitad del dinero, actualizable y quizás no tan molón, pero mucho más funcional? O si no sabes hacerlo ¿prefieres que un chino, posiblemente hasta menor de edad, sea explotado para montártelo, o participar en el desarrollo de una impresora 3D que lo construya por ti, o incluso intercambiar unas horas de tu tiempo en algo que realmente te guste hacer con otra persona que lo construiría con los planos antes mencionados? Tenemos que ser más consecuentes, conscientes y libres. Mientras sigamos atados a las herramientas del pasado, nunca evolucionaremos.

Usa internet. Comparte información y tecnología. Difunde tus conocimientos. Consume lo mínimo y con responsabilidad. Independízate. Ayuda a los demás, no a las grandes empresas y gobiernos. Piensa en los seres humanos, en la naturaleza, en el planeta, y no en el dinero que cuesta tal o cual cosa. Sé libre de esa forma, o te esclavizarán con tu permiso y complicidad.

¿Qué hacer si fuese rico?

Hace poco ha salido la noticia de que unos doce millonarios se han unido a una iniciativa de Bill Gates y Warren Buffet para donar la mitad de sus abultados patrimonios monetarios a alguna buena causa. Como podría parecer en principio una gran noticia, me puse a examinar realmente en qué se van a emplear o en qué se han empleado las donaciones.

Lo que captó primero mi interés fue saber que la fundación de Bill y Melinda Gates es la organización más grande del mundo dedicada a la caridad. Como sólo había escuchado sobre algunos de sus proyectos en los medios de comunicación, me molesté en investigar en su página web a ver qué había de aprovechable en ella. Por ejemplo, los planos de construcción de un sistema de reciclaje de compost a partir de aguas fecales. Pero por más que buscaba, sólo encontré presentaciones bonitas con fotos de negritos sonrientes, y textos explicando de forma muy populista, generalista y orientada a inversores, los proyectos que se presentaban. Toda la página en conjunto es una enorme presentación powerpoint y de “qué guays somos”, no hay absolutamente nada aprovechable, que ningún habitante de países subdesarrollados pueda ver, aprender y redifundir. Nada que un médico en la India pueda ver, aprender y crear en su laboratorio o su consulta. Absolutamente nada, sólo presentaciones y proyectos para captar inversores y que Gates no les cierre el grifo de la financiación, rodeado de fotos bonitas que para nada representan lo que realmente hacen.

Y digo yo ¿esto es realmente ayudar a la humanidad? En este artículo explican muy bien lo que se esconde detrás de esa fachada tan populista, la pantomima que rodea a toda la campaña “filantrópica” que llaman The Giving Pledge (La Promesa de Dar). Lo mismo podemos encontrar en las fundaciones Walton Family Foundation y The Broad Foundations, financiadas respectivamente por la familia de fundadores de Wall-Mart y Eli Broad (inversor y accionista de AIG). Os invito a examinar a fondo sus páginas si tenéis interés, para encontrar algo útil, aprovechable y compartible por toda la humanidad por si realmente me equivoco, pero es más o menos lo mismo.

Entonces ¿qué es lo correcto? ¿quién soy yo para decir lo que tiene que hacer un rico con su dinero? Realmente no soy nadie, pero sí tengo muy claro lo que haría si, de pronto, me tocasen varios millones de euros en la lotería, o me llegara una herencia de un lejano y desconocido familiar, o tuviera éxito en cualquier empresa y me forrase casi de la noche a la mañana.

Si el dinero no fuese suficiente para montar una gigantesca fundación como las anteriores, lo que haría en principio sería montarme una casa autosuficiente en algún lugar, con una huerta, gatitos, placas solares, aerogeneradores, sistema de reciclaje de aguas fecales y compostaje, rodeado de un entorno lo más natural posible y mantenido por mí y los que quisieran ayudarme. Durante todo el proceso de construcción, la condición para trabajar con el magnífico sueldo que pagaría a todos los participantes sería explicarme todo el proceso desde el principio hasta el final, de forma que cualquiera pudiera hacer lo mismo con dicha información, y hacerlo todo con materiales lo más naturales, reciclables, modulables y baratos posible. Y una vez hecho todo, contrataría a alguien para crear una página web con todo el proceso necesario para construir todo lo que haya montado y lo difundiría con licencia copyleft para que cualquiera pudiera copiarlo, modificarlo, mejorarlo y usarlo para beneficio de todos aquellos que quisieran independizarse de la sociedad de consumo, cremiento y dinero poco a poco.

En cambio, si mi riqueza fuera tal, que estuviera en la lista de Forbes entre los cien primeros, como esos señores que han decidido donar la mitad de sus fortunas; lo que haría sería para empezar crear una gigantesca fundación con toda mi riqueza, excepto lo justo para continuar con mi austera pero holgada vida. Con ella, me dedicaría a varias o todas las funciones siguientes según las posibilidades que me permita el sistema y el dinero disponible:

Investigación, diseño y construcción de alternativas económicas, renovables y ecológicas de los sistemas de producción de energía, cuyos planos se difundirían libremente por Internet: aerogeneradores, placas solares, concentradores, generadores de gas oxídrico, energía hidroeléctrica, etc…

Lo mismo, pero dedicado a producción renovable de agua y alimentos, como una turbina aerogeneradora que condense agua de la atmósfera, desaladoras de energía solar, cultivo hidropónico, sistemas de permacultura, compost natural, etc…

Compra de patentes útiles para su liberación como código/hardware abierto o copyleft.

Creación de una gran página web en colaboración con Wikipedia (por ejemplo) para la difusión de alternativas tecnológicas de libre acceso, mejora y edición. Como la enciclopedia colaborativa que todos conocemos, pero dedicada a diseños, planos y proyectos de tecnología.

Apoyo, soporte económico y mejora del kernel Linux y cualquiera de las muchas aplicaciones para los usos más variados, y creación de otras nuevas para cualquier problema existente común a todos los seres humanos para su libre distribución. Se podría mejorar el desarrollo Gimp, Firefox y Ubuntu, crear nuevos programas de gestión de sistemas automatizados para hogares y comunidades, mejora de la estandarización y comunicación entre diferentes sistemas operativos y elementos de hardware, etc…

Creación y fomento de empresas de reciclaje, donde cualquiera pueda entrar y coger lo que necesite, y el resto se procesa para venderlo a las empresas como material. Así se crea riqueza mientras aún convivamos con el sistema monetario y al mismo tiempo cualquier necesitado se puede aprovechar sin trabas (muchas empresas de basura y reciclaje limitan el acceso a sus instalaciones para evitar que la gente se aproveche, lo cual me parece muy mal).

Creación de escuelas y universidades donde se enseñarían todos los proyectos y tecnologías mencionados, además de fomentar la investigación de nuevas alternativas, donde en vez de exámenes sus trabajos y evaluaciones consistieran en escribir artículos de Wikipedia y describir los procesos de construcción en la página de tecnología libre para hacerlo accesible y comprensible (en los primeros cursos) y diseñar nuevos programas, tecnologías, medicamentos, métodos y herramientas (en los cursos finales y proyectos de fin de carrera o doctorados). La educación sería gratuita, subvencionada y se invitaría a estudiantes de todos los rincones del mundo con la condición de que, además de difundir todos sus conocimientos durante la carrera, a su vuelta educasen a un mínimo de estudiantes en sus lugares de origen con todo lo que aprendieron.

Investigación médica y difusión de medicamentos naturales, fórmulas químicas, métodos y aplicaciones sanitarias alternativas a las patentadas por las grandes farmacéuticas. Además de campañas de concienciación globales en países con poco acceso a información sobre SIDA, malaria, anticoncepción, prevención de enfermedades, vías de contagio, potabilización casera del agua, etc…

Compra de una isla o un terreno de algún país lo más neutral, justo y libre posible, para comenzar la construcción de la primera ciudad circular basada en los diseños del Proyecto Venus, e invitar a todo aquel que quiera ayudar, libremente y sin obtener beneficios monetarios a cambio (se empleará el dinero sólo en la compra de recursos materiales externos)

Creación de un extenso documental explicando todos los proyectos, descubrimientos científicos, explicación del método científico, el pensamiento crítico, los problemas actuales del mundo, posibles soluciones, alternativas viables, y difundirlo por Internet, bibliotecas, escuelas, cines, etc. Un ejemplo de algo ya hecho, con muchos menos medios, es TROM, un documental de 13 horas que abarca casi todos los aspectos de la sociedad, la ciencia, y las alternativas al sistema, como la Economía Basada en Recursos.

Transparencia, libertad, compartir, colaborar y ayudar a los seres humanos globalmente. Para eso debería emplearse el dinero, y si fuera rico eso haría.

Si eres rico, y estás leyendo esto, te ruego que sigas mi consejo. No habrá persona en el mundo más querida y admirada que tú.

La vida en una Economía Basada en Recursos (I)

Hay mucha información sobre el concepto de Economía Basada en Recursos, y en este blog no voy a centrarme demasiado en la definición en sí, ya que a ello se dedican el Proyecto Venus y su antiguo brazo activista, ahora independizado, el Movimiento Zeitgeist (cuyo nombre me inspiró para el blog).

En cambio, sí me gustaría describir de forma amena cómo sería el día a día en una sociedad construida con tal diseño, para que la gente comprenda las ventajas, satisfacciones y quehaceres de una economía y una ciudad bien diseñada sin necesidad de entender a un profundo nivel la tecnología implicada. He de advertir que la ciencia implicada en los relatos que voy a escribir está actualmente descubierta y disponible, aunque probablemente no para cualquiera que no se lo pueda permitir, así que no estoy escribiendo ciencia ficción ni exagerando nada, por lo cual incluiré enlaces para cada uno de los inventos o tecnologías que describa que puedan resultar extraños para el público general.

En las historias me voy a centrar en una pareja de dos jóvenes llamados David y Victoria que viven en la nueva ciudad de Granada del año 2100, pocos años después de que se completase su construcción del todo, prácticamente en lo que eran las afueras de la antigua ciudad. Tienen dos hijos y conviven juntos en una casa unifamiliar en el cinturón residencial externo de una ciudad circular (inspirada en los diseños de Jacque Fresco).

Día 1

David se despertó con la luz del lumiducto¹ regulable, que va iluminando la habitación a medida que el sol salía. La dejó abierta porque tenía una cita esa misma mañana temprano, y no quería perdérsela. Como era suave y progresivo, no tuvo ningún sobresalto y se despertó tranquilo y saludable. Como no quería molestar a Victoria, que dormía con él en la cama de viscoelástica vegetal², reguló la entrada para disminuir la luz lo justo para poder ver y se levantó. Con tranquilidad, colocó su pijama en un tubo hermético preparado, y lo dejó en el hueco que la llevaría a través de las tuberías neumáticas³ a la lavandería común automatizada. Abrió el armario para escoger entre la ropa que había traído pocos días atrás. La ropa interior era siempre suya, y estaba marcada con una etiqueta casi invisible, lo que le permitía recogerla cada vez que la lavaban. En cambio, de la ropa exterior podía escoger la que más le gustase entre toda la disponible⁴, o incluso imprimírsela⁵ o encargarla. Cada mes recogía la suficiente ropa para vestir, y la iba enviando en los tubos para lavarla y redistribuirla. Sus tejidos eran de tal calidad que no quedaba ningún resto de olores, manchas, ni nada que pudiera hacerla distinguible de una completamente nueva, una vez sometida al lavado adecuado, y así podía escoger qué llevar cuando quisiera y como quisiera.

Luego cogió su mochila y salió al exterior, mientras marcaba en la resistente tableta de mano que casi siempre llevaba encima su destino, lo que mandó los datos a la central de tráfico, que a su vez envió el coche autónomo⁶ más cercano a la misma puerta de su casa. Durante el viaje, consultó en la pantalla del coche (que no poseía volante) las noticias y descubrimientos más recientes, al tiempo que descargaba en su tableta los vídeos, imágenes o simplemente los enlaces que le parecieran interesantes para llevárselos a su casa.

Al llegar justo al exterior del domo central, donde se encontraban la mayoría de edificios de ocio y recreación, se bajó del coche y éste se dirigió al usuario más cercano, dejando atrás a David, que miraba a su alrededor entre el gentío, sin encontrar a su compañero. Le mandó un mensaje por el móvil con su posición, y en un minuto ya estaba junto a él, saludándose como de costumbre. Caminaron juntos, mientras hablaban del proyecto de ampliación subterráneo de la ciudad, ya que su amigo estaba trabajando en el diseño de la extensión de la red de transporte automatizado⁷, cuya mayor parte estaba ya actualmente bajo tierra. Le explicó que había presentado su idea de aprovechar los túneles del metro para instalar una red de pequeños vehículos por raíles en los huecos desaprovechados, que transportarían paquetes de hasta 100 kg.

Finalmente llegaron al centro de distribución, donde estaban llegando las primeras unidades de pantallas a color para libros electrónicos⁸. Ambos sacaron el suyo y observaron el vídeo de instrucciones que se mostraba cerca de la entrada en un monitor, para sacar la pantalla, dejarla cuidadosamente en un contenedor adaptado (que se enviaría al centro de reciclaje), y colocar la nueva. Nada más sencillo, puesto que el aparato había sido diseñado para ser fácilmente desmontable. Seguidamente actualizaron el firmware vía wifi⁹ para que funcionase con la nueva pantalla, y lo probaron, ilusionados.

Después de dar una vuelta por el centro para ver otras novedades, David se llevó una lámpara LED¹⁰ que era perfecta para las plantas que había escogido para su cultivo de interior. Le comentó a su amigo el buen olor y sabor que tenía la variedad que había seleccionado, cuyos esquejes estaban aún en fase de crecimiento. Le prometió invitarle cuando llegara la primera cata, y se despidieron cuando cada uno cogió su taxi de regreso a casa.

Había sido una mañana productiva…

Referencias:

¹http://www.velux.com.ar/particulares/productos/tunel_solar y http://www.solatube.com/es/brightenup.htm

²http://www.moraplex.com/colchon_thermospa.php#caracteristicas_nucleo Es también ignífugo, duradero y ecológico

³http://www.pevco.com/about_pneumatic.html

http://www.ted.com/talks/lang/es/jessi_arrington_wearing_nothing_new.html

http://vimeo.com/6963833

http://www.xataka.com/gadgets-y-coches/asi-funciona-el-coche-sin-conductor-de-google-en-la-realidad

http://www.es.lowtechmagazine.com/2008/03/un-mundo-sin-ca.html

http://pc.watch.impress.co.jp/docs/2009/0318/fujitsuf.htm

http://www.amazon.com/gp/help/customer/display.html?nodeId=200529700

¹⁰http://www.ledsgrow.es/tecnologia/tecnologia.html

¿Cuáles son los fallos de nuestra educación?

Ya comenté en la entrada del otro día las razones por las que pensaba que la educación actual nos está volviendo más estúpidos, con dos vídeos que recomiendo ver si no los has visto. Pero no señalé específicamente cuáles son los fallos concretos que nos llevan a deseducar más que educar, a adiestrar más que enseñar, y a fomentar habilidades muy diferentes del pensamiento crítico, curiosidad, evolución y desarrollo mental… etc.

Quiero dedicar este artículo a señalar los fallos más comunes que he observado a lo largo de mi trayectoria académica y la de otras personas con las que he hablado del tema. Como bien señalaba Ken Robinson en “Changing education paradigms“, el sistema educativo actual fue diseñado durante la Revolución Industrial. Un contexto cultural y económico diferente al actual, que suponía no sólo que la educación más allá de leer, escribir y sumar debía ser algo exclusivo de las clases altas, sino que tampoco le daba la importancia suficiente a la inversión en tiempo y dinero en la misma, lo que creó el sistema de clases de decenas de alumnos por profesor, horarios reglados, temas estandarizados…

¿Cuáles son, entonces, los fallos que aún arrastramos a pesar de tanta y tanta reforma educativa? Al menos en España, y en muchas otras partes del mundo (yo diría que prácticamente en todas partes), tenemos una serie de errores de concepto claros y evidentes para el que entienda la educación como un desarrollo personal, cultural y científico de la persona, y no una simple formación de trabajadores productivos del sistema económico:

  • Como bien explicó Noam Chomsky en el vídeo de la entrada que menciono al principio, el sistema de exámenes con notas o calificación escolar (de 0 a 10 en España, de 1 a 20 en Francia, de 0 a 100 en Reino Unido y Japón, del 1 al 6 en Alemania, de la A a la F en Estados Unidos…) no es una prueba en absoluto de la capacidad del alumno para comprender, sino sólo para superar el obstáculo que supone aprobar el examen. Muchas veces (honrosas excepciones aparte), supone solamente la capacidad de memorizar las respuestas del examen. Recuerdo perfectamente tanto de mi etapa como estudiante de colegio e instituto, como de la universidad, que los alumnos preguntaban al profesor qué temas iban a entrar, se intercambiaban posibles preguntas y respuestas que pudieran
    salir en el examen… y todo consistía en memorizarlas para reproducirlas lo más fielmente posible; a veces incluso dejándolo para los días antes del examen. Y por supuesto, gran parte de los estudiantes ni se acuerdan a los pocos días de realizado el mismo, incluso aunque sacasen una buena nota. Me sentía frustrado muchas veces cuando quería debatir sobre los exámenes con mis compañeros, porque muchos de ellos no recordaban, o no tenían el menor interés en hacerlo, o me instaban a estudiármelo si quería saber la respuesta. Había mucha competitividad arrastrada del diseño mismo de la sociedad monetaria en la que vivimos. Además, prácticamente ningún profesor explica o justifica en los mismos exámenes las notas que pone, especialmente si son de tipo test. Para ello, tenías las tutorías a las que prácticamente nadie iba.
  • Otra consecuencia del sistema de exámenes es que todos los alumnos reciben exactamente el mismo, para poder equilibrar las notas entre todos. No se da pie a creatividad ni por parte del profesor ni por parte del alumno. Incluso entre curso y curso solían usar el mismo examen o al menos el mismo diseño, cambiando solamente las preguntas (para evitar la picaresca). Y si no aprueban suficientes personas el examen, en vez de enseñar mejor para la próxima, lo que se suele hacer es bajar el nivel del mismo (muchas veces para cumplir los objetivos curriculares legales, o simplemente para conservar su sueldo).
  • Las tutorías, como he mencionado antes, tienen un objetivo claro y obvio, pero prácticamente ningún alumno las suele solicitar. Quizás una o dos veces por curso, y normalmente para quejarse de notas numéricas con las que no está de acuerdo. Es muy raro ver a un alumno acercarse al profesor diciendo “No he entendido bien este tema, ¿me lo puedes explicar mejor?
  • En el colegio, al menos en mis tiempos, los castigos ante un mal comportamiento en el colegio (EGB, ESO, primaria) solían consistir en dejarte de cara a la pared, o en la última fila del aula (donde a veces había mesas vacías); o mandarte con tu tutor correspondiente, que normalmente daba clases en otra aula (y por supuesto ni siquiera te exigía atenderla, lo cual casi nadie hacía por motu propio; una simple pérdida de tiempo); a un aula especial con un profesor que no esté dando clase, que normalmente se pasa el rato leyendo un libro y vigilando que no hablen y hagan tareas o ejercicios en completo silencio y pulcritud; una expulsión del colegio (con el consiguiente retraso educativo); enviarte con el director que probablemente a lo más que llegaba era a un sermón que nunca escuchaban (y no porque fuese especialmente instructivo, aunque depende de cada profesional); o exigirte la
    repetición de frases, ejercicios o palabras un sinnúmero de veces
    , para memorizarlo adecuadamente o simplemente para crearte un estrés que te “motive” a no repetir el comportamiento inadecuado…; etc. Como es obvio, ninguna de estas técnicas educativas son efectivas, y más que educar vuelve al alumno poco receptivo a la escuela, haciendo que la odie.
  • El tema de los horarios es muy delicado, puesto que se requiere un cierto orden para coordinar tanta gente (el conductor del autobús, los profesores, los demás alumnos, el portero de la escuela, el del bar de los desayunos,… etc.), pero adiestra a los alumnos para una sociedad estricta en cuanto a puntualidad, horarios, ritmos diarios artificiosos… que en realidad es una herencia del diseño de las escuelas procedente de la Revolución Industrial, muy similar al de las grandes fábricas e industrias de entonces. Como el timbre del recreo a media mañana, que marca el descanso de los trabajadores y alumnos para la pausa del bocadillo, y cierta socialización. Cada persona tiene un ritmo circadiano diferente. Y está demostrado que hay personas que rinden más en
    horario nocturno que en diurno
    , y viceversa, lo que se conoce como cronotipo. No adaptarse a las individualidades de la persona, y tratar de uniformizar forzosamente, lo único que provoca es una bajada de rendimiento, frustración, estrés y asociar la escuela o el trabajo a una obligación más que a un placer.
  • La presencia de comercios, marcas, bancos y negocios en el interior de colegios y universidades. No es más que un intento de las empresas por condicionarnos, habituarnos y “entrenarnos” para la sociedad competitiva y de consumo. Bares en el interior de institutos para comprar café y bocadillos, como ocurre en la mayoría de edificios de empresas; bancos negociando con universidades para que el carnet de estudiante incorpore su marca a cambio de acuerdos económicos y publicitarios… Incluso hay quien ofrece abrirse una cuenta corriente con ellos para obtener ventajas especiales con dicho carnet (y además le dan el presuntuoso nombre de “tarjeta inteligente“). Además, la presencia constante de la marca en las actividades escolares y universitarias, e incluso un banco en la misma puerta de entrada a la facultad, consigue penetrar en las mentes de los jóvenes de una manera que difícilmente podrían conseguir de otra forma. Por otra parte,
    las instituciones educativas van dependiendo económicamente cada vez más de dichos patrocinios, ya que si se retiran muchas actividades no podrían tener lugar por falta de financiación.
  • Grandes aulas y masificación, que dificulta la comunicación profesor-alumno. Ya sea por el ruido, o la gran distancia entre el profesor y las últimas mesas (algo patente sobre todo en las universidades); o por la necesidad de comunicar los mismos conceptos a gran número de personas de diferente inteligencia, personalidad, ritmo de estudio,… etc.
  • La escasa exigencia curricular a los profesores que, por el estrés, los bajos sueldos y la falta de medios, se ciñen a enseñar el temario reglado desde el gobierno,…; como bien dice Walter Levin, aburrir en clase debería ser un crimen. Pero claro, depende muchísimo de la calidad, entusiasmo y motivación del profesor y de los alumnos, los cuales acaban aburriéndose por muchas razones. La repetitividad constante año tras año por parte del profesor de los mismos temarios, la educación orientada a superar obstáculos y memorización en vez de a educación y comprensión. Hay un movimiento de alumnos que trata de difundir la opinión de los propios alumnos del sistema educativo que muestra muy bien este aspecto, en este vídeo, y esta página. Como bien dicen, es un
    problema no de los propios alumnos o profesores, sino del diseño educativo en sí, muy mejorable, y la falta de medios económicos y humanos. No es razonable aumentar el ratio de alumnos por clase por ahorrar dinero, porque a la larga produce un mayor fracaso escolar, mayor aburrimiento, menos motivación y peor quehacer real a la hora de poner en práctica los conocimientos aprendidos en un trabajo.
  • La separación por edades y por cursos académicos reglados y estandarizados. Al adaptarse el ritmo y nivel educativo al nivel más bajo posible para que todos los alumnos tengan las mismas posibilidades de superar el curso, los que podrían adquirir conocimiento más rápido se aburren y se frustran, provocando fracaso académico en aquellas personas que encima podrían haber superado dos o más cursos en un solo año sin apenas dificultad. Por el otro extremo, quienes por su nivel de inteligencia o situación personal (una persona deprimida o con problemas personales suele bajar mucho su rendimiento, como me ha llegado a ocurrir en alguna ocasión) no consiguen adaptarse al ritmo demasiado exigente para ellos, también acaba en frustración y desadaptación social y curricular. Incluso en la Universidad, donde antes podías escoger las asignaturas en función de tus capacidades personales, y tu propio ritmo, con el Plan Bolonia actual te obligan a matricularte obligatoriamente de las
    asignaturas que anteriormente no aprobaste, en vez de permitirte dejarlas para más adelante, en un curso posterior, cuando estés mejor preparado.
  • En Reino Unido ahora se está poniendo de moda entre los “expertos” (por llamarlos de alguna forma) y los profesores el impedir que los alumnos tengan mejores amigos, para “evitar su sufrimiento a la hora de la separación“. Esto es cruel en sí mismo, y convierte a los niños en meros autómatas que van a la escuela a adquirir unos conocimientos reglados y nada más, sin permitirles desarrollarse como personas humanas sociables, colaboradoras, y queridas o incluso amadas entre sí. Todos recordamos alguna vez lo difícil que era mantener cierto tipo de relaciones íntimas en el colegio, que por la “edad” o por las circunstancias escolares se veía mal o incluso prohibido por parte del profesorado o los demás profesionales de las instituciones educativas. Esto es aún más patente en
    lugares como EEUU y Reino Unido, donde en algunas escuelas incluso prohíben abrazarse a los alumnos entre sí, y otro tipo de contactos físicos íntimos.
  • La separación por asignaturas temáticas, que provoca una limitación mental a la hora de adaptarse a cada clase. No motivan la asociación de ideas, el pensamiento lateral, la interrelación entre los muchos aspectos de la vida y el universo. Como si cada vez que comienza el horario de cada asignatura, los alumnos tuvieran que ejecutar un “software mental” diferente cada vez, sin relación o comunicación alguna entre ellos. Esto robotiza la inteligencia, nos hace convertirnos en meros aprobadores de temáticas, en vez de verdaderos conocedores del medio ambiente, el planeta como un todo, y los seres humanos como una única especie interrelacionada en todas sus facetas.
  • La separación por sexos aún vigente en muchos lugares del mundo, escuelas privadas o concertadas… etc. De hecho estoy en contra incluso de la separación por sexos en los vestuarios, baños, y demás lugares de intimidad y aseo, porque nos diferencia como personas, a pesar de que las instalaciones en gran parte son exactamente las mismas. La única particularidad que conozco son los urinarios, que son perfectamente compatibles con los retretes con puerta, como se puede ver en cualquier lugar (Si no, ¿cómo cagaríamos?). Ya nos van adiestrando en el sentimiento de vergüenza de ver nuestros cuerpos (aunque desde luego en un baño público yo jamás he visto un pene que no sea el mío). Incluso en las duchas, el hecho de separarnos nos va creando un sentimiento aberrante de indecencia y humillación a la hora de vernos desnudos, desde muy pequeños.
  • La progresiva mercantilización de la educación, que cada vez más, está diseñada para servir a las empresas y no a las personas. El Plan Bolonia, los patrocinios, la política diseñando el sistema educativo, etc… Al final el sistema educativo se diseña para preparar trabajadores obedientes, productivos y especialistas, y no ciudadanos críticos, inteligentes, imaginativos y generalistas.

Podría entrar más en detalle sobre algunos de los puntos, pero creo que es suficiente para darse cuenta de que el sistema educativo en sí necesita un urgente y profundo rediseño de raíz, y no sólo una inútil reforma que, además, casi siempre se aplica en beneficio político o empresarial y casi nunca en el del propio ciudadano; buscando votos, ganancias y ahorro en vez de usar el método científico para mostrar la mejor verdad posible independientemente de opiniones e ideologías. Pocas personas tienen un grato recuerdo de la etapa escolar en sí, solamente de las amistades y aventuras extraescolares, y casi nadie va con placer a clase cada mañana, lo cual es el síntoma más claro de que esto no está funcionando. Dejo un enlace y un vídeo para finalizar, y espero que dejéis vuestros comentarios con otros fallos que hayáis apreciado en
la educación que habéis recibido a lo largo de vuestra vida.

¿Por qué el dinero no es un incentivo para una sociedad mejor?

Una de las asunciones más extendidas sobre el mundo en el que vivimos, es que el dinero sirve como incentivo para que la gente haga tareas que de otra manera no haría. Es más, muchas personas presuponen que sin el estímulo monetario la mayor parte de gente se quedaría en el sofá viendo el fútbol, tomando cerveza, rascándose los huevos, sin aportar nada a la economía ni al estado.

Dejando de lado el tema de que la vida ofrece una enorme cantidad de opciones como para quedarse en casa en el sofá, algo que hacen muchos parados que se quedan meses sin saber qué hacer con sus vidas, el dinero se ha demostrado, desde hace muchos años, que no supone un incentivo para el ser humano, tal como si funcionara como un condicionamiento operante. Cierto es que los seres humanos somos animales, y no dejamos de actuar como una forma evolucionada de los mismos. Entonces, ¿cómo es que no funciona? ¿No parecería lógico que fuera así? Le dices a alguien “haz esto”, y cuando lo realiza le das 100 euros. Dicha persona podrá comprarse lo que quiera con esos 100 euros, y estará más dispuesta a hacer la misma tarea u otra que le pidas, a cambio de la misma o más cantidad de dinero.

Lo cierto es que no funciona exactamente así, como se puede ver en esta interesante charla de TED Talks, Dan Pink en la sorprendente ciencia de la motivación. Recomiendo verla antes de seguir con el artículo, para apreciar los detalles. También recomiendo esta animación de RSA, que explica lo mismo en un lenguaje más claro y sencillo, como complemento. Ciertamente, se ve que el dinero sólo funciona como incentivo en un cierto tipo de tareas, las que implican repetitividad; o esfuerzo puramente mecánico, físico. Un reponedor, un cajero, una cadena de montaje, un administrativo introduciendo números todo el día, un pintor dando brochazos en las paredes de casa en casa, un ingeniero manteniendo diariamente las mismas máquinas…; en estos trabajos, cuanto más pagues, con mejor desempeño harán su tarea. Quizás se
desanimarán menos, o lo harán más rápido, o estarán más pendientes de no cometer errores.

¿Qué problemas supone este método en este tipo de trabajos cuando lo vemos en el día a día? Hay muchas razones. El miedo a quedarte en el paro, hace que aceptes cada vez un incentivo monetario menor, pero al mismo tiempo dicho menor incentivo hace que hagas peor la tarea. Esto supone mayor número de despidos por falta de productividad, mayor necesidad de rotación de empleos por estrés, mayor gasto público por el paro, menor satisfacción por el trabajo bien hecho, etc… Un sinfín de problemas que cualquiera que lo examine en profundidad se puede imaginar.

Pero, ¿qué pasa cuando el trabajo requiere destreza mental, más allá de la repetitividad y la mecanicidad? Que a mayor incentivo monetario, ¡peor se hace la tarea! ¿Cómo es esto posible? ¿No debería ser, aunque sea, el mismo o similar desempeño en todo caso? La cuestión es que no es así. Como explican en la charla, una buena razón es que las recompensas que usan condicionamiento operante estrechan nuestro rango de pensamiento a la hora de realizar las tareas. Por ejemplo, si a ti te ofrecen 1000 euros por escribir un artículo en un periódico sobre determinado tema, te vas a ceñir estrictamente al mismo, no sea que vayas a perder tan significativa cantidad de dinero, pero si no te ofrecen nada, o una cantidad simbólica (1-5 euros), posiblemente te motives para investigar temas relacionados para embellecer o mejorar el artículo, por placer personal o por dar una mejor imagen al público que realmente va a leerlo (no al pagador). Ciertamente, en estas situaciones se estimula el pensamiento lateral por uno
mismo, no por el incentivo monetario. Incluso con tareas mecánicas y repetitivas, como introducir una larga serie de datos en el ordenador, algo que te llevaría una determinada cantidad de tiempo, te limitas a cumplirlo, contento de recibir tan alta cantidad de dinero por tan poco esfuerzo. Sin embargo, si te ofrecen nada o una cantidad simbólica, posiblemente pienses “quizás me lleve menos tiempo si hago esto…“, o “con este otro programa se puede automatizar y así me puedo ir antes“. ¡Una tarea mecánica se convierte automáticamente, sin estímulo monetario, en una tarea que emplea destreza mental para maximizar la productividad!

Esto no es algo arbitrario, ni aplicable sólo a determinadas situaciones. Es algo que ha sido demostrado científicamente en cualquier época, en cualquier lugar del mundo, y con un amplio rango de tareas, que requieran cualquier tipo de destreza mental, creatividad o concentración.

¿Cómo entonces, conseguir que la gente se estimule para realizar las tareas mejor, para alcanzar una máxima productividad, un máximo beneficio personal y social, una mayor felicidad en el desempeño?

¡Quitando el dinero de la ecuación! Dejando de tratar a las personas como simples ratas de laboratorio sin creatividad, y dejando de usar el condicionamiento con ellas. Porque una persona condicionada no es libre.

Obviamente esto deja pie a más preguntas de las que resuelve: ¿Qué hacemos entonces para que la gente trabaje? ¿De qué vamos a comer sin dinero? ¿Cómo puede, entonces, la sociedad y la economía, funcionar? Hay una alternativa a este sistema, la economía basada en recursos, pero esto requiere una mucho más larga exposición, por lo que iré hablando de ella posteriormente, y poco a poco, a medida que vaya abordando muchos más aspectos de la sociedad.

Cierro este artículo con un vídeo de Jacque Fresco, corto pero revelador, de cómo ganar dinero no es casi nunca el resultado de un mejor esfuerzo o desempeño social.